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La experiencia de Antonio en los grupos terapéuticos para cuidadores

2 min lectura
25 agosto, 2017
Índice de contenidos

    Actualmente, en España hay 800.000 personas que sufren Alzheimer y otras formas de demencia.

    La mayoría de ellos, un 80%, viven en su domicilio, con un familiar que les proporciona la atención y los cuidados necesarios, dedicando más de 15 horas diarias de media.

    A largo plazo, la persona cuidadora principal va viendo como se reducen todos los aspectos de su vida personal, laboral y social por su dedicación creciente, y al final casi exclusiva, a la persona enferma. La falta de información adecuada, además, puede hacerles perder el control sobre la situación.

    Esto puede terminar convirtiéndolo en una persona “enferma oculta” que, si no cuenta con el apoyo y los recursos necesarios, puede llegar a desarrollar problemas físicos y psicológicos asociados al estrés, la ansiedad, la depresión y la frustración. Los datos lo confirman. El 84% de las personas cuidadoras tienen problemas físicos de salud y el 94% presentan problemas psicológicos.

    En la Fundación Pasqual Maragall contamos con un programa de grupos terapéuticos para mejorar la calidad de vida de quienes cuidan de personas conAlzheimer. En estas sesiones, comparten en grupo sus experiencias y emociones y aprenden a cuidar y a cuidarse. El bienestar de la persona enferma también depende de la salud y bienestar de quienes cuidan.

     

     

    La experiencia de Antonio en los grupos terapéuticos

    Antonio ha participado en los grupos terapéuticos para quienes cuidan de personas con Alzheimer de la fundación. Su esposa fue diagnosticada de Alzheimer después de haber sufrido un ictus.

    El tratamiento prescrito fueron unos parches que ayudaron a frenar algunos síntomas de la enfermedad, aunque lo cierto es que siguieron manifestándose pérdidas de memoria, desorientación y dificultades de concentración.

    Más adelante, la esposa de Antonio sufrió un cambio de carácter importante. Se volvió muy agresiva y fue aquí cuando él tuvo más dificultades para gestionar la situación.

    “Aumentaron la medicación y yo me concentraba en el tema, pero me era muy difícil concentrarme. Hasta que llegó un momento que tuve un gran bajón de depresión”, explica Antonio.

    Lo primero que hizo fue buscar ayuda a través del libro del doctor José Luis Molinuevo "Vivir con el Alzheimer". Y ese fue el punto de inflexión que le hizo buscar el apoyo que necesitaba en la Fundación Pasqual Maragall.  

    “No sabía si lo podía hacer mejor o es que yo no era capaz de hacerlo mejor”

    Tal como explica Antonio, “me encontraba en un impás”. No sabía si era capaz de hacerlo mejor. Cuenta que su experiencia con los grupos de ayuda para personas cuidadoras en la Fundación Pasqual Maragall le sirvió de mucho.

    De su participación en los grupos destaca la oportunidad de dialogar con los compañeros, de intercambiar impresiones y de informarse, tanto de cuestiones relacionadas con la enfermedad como legales, que hasta entonces desconocía. Sencillamente porque nunca se había visto en una situación similar.

    Además, cuenta que ha aprendido algo muy importante: a relajarse y concentrarse para huir del estado de nerviosismo y de tensión en el que se encontraba siempre.

    “No volveré a los grupos de ayuda”, dice. Y no precisamente porque no le hayan servido o no haya aprendido, sino todo lo contrario. “Creo que he recibido la ayuda suficiente y que mi silla la tiene que aprovechar otra persona".

     

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