Los vínculos sociales nos hacen más felices
Hay ciertos vínculos sociales que influyen muy positivamente en nuestro bienestar y que favorecen la vitalidad de nuestra mente. Nos referimos, por ejemplo, a las amistades cercanas, a los lazos familiares fuertes, o a una relación de pareja satisfactoria.
El aislamiento social es una tendencia que se agudiza a medida que nos hacemos mayores. La jubilación o la pérdida de seres queridos, entre otros factores, a menudo contribuyen a una progresiva disminución de las relaciones sociales. Sin embargo, es precisamente en esta etapa cuando resulta particularmente relevante cultivar las relaciones con otras personas.
Hay que evitar el aislamiento social en cualquier etapa de la vida, porque la relación con los demás nos aportará enormes beneficios cognitivos. Esto es así porque el mantenimiento de las relaciones sociales está inherentemente ligado al uso del lenguaje, de la memoria, de la capacidad de planificación, también a la empatía, a la capacidad de ponerse en el lugar de los demás, etc. Todo ello es una excelente forma de estimulación cognitiva.
¿Qué podemos hacer para cultivar nuestras relaciones sociales?
Si bien es cierto que con la edad puede costar un poco más animarse a conocer nuevas personas, es necesario, al menos, salir de casa y mantener el contacto con quienes ya conocemos: nuestros familiares, amigos o vecinos. Esto también nos ayudará a estar al día de todo lo que ocurre en nuestro entorno.
No siempre disponemos de todo el tiempo que nos gustaría. Pero eso no tiene por qué jugar en nuestra contra. Lo que prima en esto de las relaciones sociales es la calidad y no tanto la cantidad.
Aun así, es importante que reservemos cierto tiempo para encontrarnos con los demás. Ir al cine, al teatro, a tomar un café o compartir actividades que nos resulten placenteras. Otra idea interesante es la de hacer cosas nuevas, como por ejemplo probar restaurantes, visitar lugares que desconocemos o iniciar nuevas actividades juntos.
Para conocer gente y crear nuevos vínculos, también puede resultarnos de ayuda el participar en asociaciones, clubs o en actividades de voluntariado. A los beneficios lúdicos y culturales que estas actividades nos aportarán hay que sumar los intrínsecos a las relaciones sociales, sea mediante el mantenimiento de nuestros contactos como, tal vez, por la creación de nuevos vínculos que pueden resultar de lo más enriquecedores.
Relaciones personales y de calidad
En la era de internet y las redes sociales, es lógico que nos valgamos de ellas para mantener el contacto con nuestros amigos y seres queridos en la distancia. Estas herramientas pueden resultarnos de gran ayuda para conectarnos con personas que, de otro modo, no sería posible o para organizar encuentros.
Pero no hay que olvidar la importancia del mantenimiento de las relaciones en persona y de las conversaciones cara a cara. El hecho de cultivar relaciones reales tiene unas particularidades que nos aporta unos beneficios mentales insustituibles.