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Hablemos del Alzheimer
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5 actividades diarias para aumentar la reserva cognitiva


Una de las principales claves para favorecer la salud cerebral es, sin duda, mantenernos cognitivamente activos a lo largo de toda la vida. El cerebro, como todos los órganos del cuerpo, también acusa el paso de los años; el envejecimiento repercute en las neuronas. Una alta reserva cognitiva puede ser un buen aliado para contrarrestar su efecto. En este artículo compartimos una serie de actividades para estimular la reserva cognitiva, contribuyendo así a mantener el cerebro sano.

¿Qué es la reserva cognitiva?

La acumulación de la experiencia educativa o académica y la estimulación de las capacidades mentales a lo largo de la vida se refleja en lo que se llama “reserva cognitiva”. Es como un capital mental que, cuanto mayor sea, más ayudará a compensar los efectos en la eficiencia de nuestras capacidades cognitivas, tanto del envejecimiento como de alteraciones cerebrales como las causadas por el Alzheimer.

Así pues, no podemos decir que la reserva cognitiva actúa como un antídoto para prevenir enfermedades cerebrales ni que evite el envejecimiento neuronal, pero sí que es un factor que contribuye a retrasar el posible deterioro cognitivo, promoviendo una red neuronal más resistente.

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¿Cómo podemos favorecer la reserva cognitiva?

No existe ninguna actividad concreta ni ejercicios específicamente recomendados para evitar o reducir el riesgo de sufrir demencia, pero sí una serie de prácticas muy recomendables para mantener activo el cerebro y favorecer la reserva cognitiva. 

En general, debemos procurar abrirnos a actividades que sean nuevas para nosotros o plantearnos pequeños retos diarios que nos obliguen a realizar cierto esfuerzo mental.

Es aconsejable seleccionar actividades que nos resulten atractivas y evitar aquellas que no despierten nuestro interés o que nos parezcan aburridas. Si disfrutamos con ellas, les dedicaremos tiempo y será menos posible que las acabemos abandonando. Hemos de intentar que sean variadas, así estimulamos diferentes capacidades cognitivas. 

Hay que tener presente que el cerebro y las capacidades cognitivas funcionan en red y, por eso, para mejorar en una capacidad determinada, hay que trabajarlas todas en conjunto. Por ejemplo, para mejorar la memoria, también hay que estimular la atención o las capacidades perceptivas.

Más que la cantidad de tiempo que dediquemos a la estimulación cognitiva, es importante la variedad de actividades que realicemos, y que nos resulten atractivas y motivadoras. No es necesario invertir en sofisticados productos para incorporarlas en nuestra vida cotidiana.

Mantener activo nuestro cerebro nos ayudará a aumentar la reserva cognitiva. Cuanto mayor sea esta reserva, mejor compensaremos los efectos del envejecimiento o de potenciales alteraciones cerebrales provocadas por enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Actividades diarias recomendadas para aumentar la reserva cognitiva

Estas cinco actividades diarias son excelentes combustibles para la reserva cognitiva:

  1. Leer. Es una de las actividades más reconocidas para favorecer la estimulación cognitiva. Además de aportarnos conocimientos, la lectura es una actividad estupenda para favorecer la concentración, ejercitar la memoria y alimentar la imaginación. Siempre es buena idea dar un paseo hasta la biblioteca o librería más cercana o explorar títulos en formato electrónico.
  2. Jugar. Aparte de ser una excusa perfecta para disfrutar con familia y amigos, los juegos de mesa son una buena herramienta para entrenar distintas habilidades cognitivas. Así, en función de las características del juego, se estimulará el cálculo, la memoria reciente, la lógica, la capacidad de planificación, el vocabulario o la creatividad, entre otras capacidades.
  3. Aprender. Como bien dice el refranero, “el saber no ocupa lugar”. Aprender cosas nuevas a la edad que sea favorecerá nuestra actividad cognitiva. Aprender un nuevo idioma, tocar un instrumento musical, asistir a clases o charlas de cultura general o perfeccionar nuestras dotes en la cocina son algunos ejemplos.
  4. Ponerse a prueba. Todos los días podemos proponerle un reto a nuestro cerebro. Algo que requiera un poco de esfuerzo, como por ejemplo resolver un crucigrama, hacer un sudoku o montar un puzle. Debemos tener en cuenta, eso sí, que las actividades demasiado sencillas o, por el contrario, en las que ya seamos grandes expertos y podamos resolver de manera mecánica, no nos servirán de mucho en lo que a estimulación cognitiva se refiere, aunque quizás las queramos mantener porque nos resultan placenteras. Recordemos, no obstante, dejar siempre un margen a la variedad de actividades.
  5. Cambiar las rutinas. Añadir rutinas nuevas a tu día a día, o variar las habituales, contribuye a crear nuevas conexiones neuronales. Puedes probar a elegir otra ruta para ir al trabajo, cambiar la organización de los cajones o utilizar los cubiertos con la mano contraria.

¿Son efectivos los ejercicios de estimulación cognitiva?

Independientemente de lo que puedan afirmar en su publicidad, la mayoría de la oferta de productos basados en ejercicios para la estimulación de las capacidades cognitivas, carecen de base científica que sustente sus promesas o virtudes.

Cabe destacar que un gran número de productos ofrecidos para la promoción del fitness cerebral no han sido sometidos a estudios científicos, supervisados por expertos, que puedan mostrar su eficacia. Además, los reclamos para promocionar los juegos cerebrales, frecuentemente, exageran su potencial y son engañosos.

Las mejoras en la realización de un tipo de ejercicios, a menudo, solo reflejan eso: un efecto de la práctica en realizar tales ejercicios, pero ello no se traduce necesariamente en una mejora de la capacidad cognitiva que se pretendía ni una “vacuna” para evitar el posible deterioro cognitivo en un futuro.  

Dicho esto, también es cierto que existen estudios rigurosos y metodológicamente bien realizados de ciertos programas de entrenamiento cognitivo que muestran mejoras en diferentes capacidades, particularmente, cuando existen alteraciones. De hecho, en el ámbito de la rehabilitación cognitiva, es habitual que los profesionales empleen productos de estimulación válidos como herramienta de apoyo.

Tras todo lo expuesto, hacer uso de ciertos productos de estimulación cognitiva en nuestra vida cotidiana no nos va a hacer ningún mal, siempre que tengamos presente que no son una píldora mágica para la salud cerebral. 

No hay que entender estos productos como si fueran un indiscutible tratamiento preventivo del deterioro cognitivo o de la demencia, ya que, desgraciadamente, hoy en día ninguno ofrece suficiente evidencia científica.

Habituarse a leer, jugar, aprender, asumir nuevos retos e incorporar nuevas rutinas es clave para la estimulación cerebral y favorecerá la reserva cognitiva. 

Mantener la mente activa, procurar llevar una alimentación cuidada y equilibrada, hacer ejercicio físico moderado de forma regular y propiciar las relaciones sociales es la mejor manera de cuidar la salud| de nuestro cerebro y gozar de una mejor calidad de vida.

Categorías: Envejecimiento y hábitos saludables

24.07.2023

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Acerca del autor

En la Fundación Pasqual Maragall investigamos la detección y prevención de la enfermedad de Alzheimer, promocionamos un envejecimiento saludable y trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y cuidadoras.

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