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Hablemos del Alzheimer
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Comprender la desorientación espacial de las personas con Alzheimer


A lo largo del proceso de la enfermedad de Alzheimer, las personas que la padecen sufren episodios de desorientación a distintos niveles: temporal, espacial y personal. El propio proceso neurodegenerativo lo conlleva y, lógicamente, los problemas de orientación y su frecuencia serán más acusados a medida que la enfermedad avance.

En este artículo hablaremos específicamente de la desorientación espacial, para tratar de comprenderla y obtener algunas indicaciones sobre cómo actuar cuando observamos que una persona con Alzheimer parece perdida o confusa respecto al lugar donde se encuentra. 

¿En qué consiste la desorientación espacial?

La desorientación espacial o topográfica es una alteración que se manifiesta en aspectos como: 

  • Encontrar el camino correcto en un entorno familiar.
  • Aprender nuevas rutas.
  • Reconocer lugares.
  • Explicar verbalmente una ruta.
  • Comprender un mapa o plano para orientarse.
  • Encontrar las distintas habitaciones en el domicilio. 

Aunque la desorientación espacial va empeorando con la progresión de la enfermedad de Alzheimer, puede ser también una de sus primeras manifestaciones. Los déficits cognitivos propios de la enfermedad contribuyen a que la capacidad de estar orientado en el espacio o en el lugar en que se encuentra la persona se vea mermada.

Descarga la guía "Gestionar situaciones cotidianas complejas"Por ejemplo, los problemas de reconocimiento de objetos aun estando preservada la vista (la llamada agnosia visual) pueden contribuir a dificultar la identificación del lugar. La orientación espacial o topográfica es dependiente del adecuado funcionamiento de otras funciones cognitivas, como la atención, la memoria o la percepción visuoespacial, cuya alteración forma parte de los múltiples síntomas cognitivos de la enfermedad de Alzheimer y hacen que los lugares o el entorno puedan parecer no familiares aun siendo conocidos por la persona, sentir confusión, aunque sea momentánea, o tener dificultades para encontrar el camino correcto. 

No es simple poder relacionar la capacidad de orientación espacial con partes específicas del cerebro, puesto que son diversas las funciones necesariamente implicadas en la orientación espacial, como hemos comentado, y el cerebro funciona en red. No obstante, el hipocampo, una estructura cerebral clave en la memoria y la retención de información, impactada clara y tempranamente por el Alzheimer, está también implicado en la capacidad de orientación topográfica.

Como curiosidad, hace unos años, se publicó un interesante estudio que demostró que el grupo participante formado por taxistas londinenses, que debían pasar un examen riguroso sobre los nombres de las calles y rutas dentro de la ciudad para obtener su licencia y tenían mucha práctica en esos desplazamientos, tenían algunas áreas del hipocampo significativamente más desarrolladas que los participantes del estudio que no eran taxistas

Consecuencias de la desorientación espacial y recomendaciones para minimizar riesgos y situaciones de confusión

El principal riesgo que puede suponer para la persona con Alzheimer el problema de la desorientación espacial es la posibilidad de perderse. Por ello, es importante considerar algunas ideas para minimizar ese riesgo y, en el caso de que suceda, favorecer una resolución segura de la situación cuando la persona con Alzheimer salga sola a la calle:

  • Llevar encima anotaciones

Como la dirección o el lugar de destino, la propia dirección, el número de autobús o la línea de metro a coger, así como la parada donde bajarse. Este tipo de estrategias son útiles y contribuyen a favorecer la autonomía y la autoestima y seguridad en sí misma de la persona con Alzheimer cuando la manifestación de la enfermedad es aún la propia de una fase leve. 

  • Pedir ayuda a las personas del entorno

Es importante que la persona con Alzheimer entienda que, en caso de confusión o desorientación, es importante que pida ayuda a las personas de su entorno, sea pidiendo que le acompañen, o indicando que está perdida. Del mismo modo, es recomendable que la familia informe a amigos, vecinos o comercios de proximidad acerca de la posibilidad de que su ser querido pueda perderse y solicitar su ayuda en ese caso. 

  • Llevar siempre alguna forma de identificación

Sea una placa con un nombre y un teléfono grabado, una pulsera (como esta, por ejemplo), o cualquier otra opción que permita saber a quién recurrir en caso de que alguien esté dispuesto a ayudar a la persona con Alzheimer desorientada. 

  • Recurrir a sistemas de geolocalización

Con el objetivo de saber dónde se encuentra la persona pueden resultar de ayuda los dispositivos de geolocalización por gps, como pulseras o aplicaciones que se pueden instalar en el teléfono móvil. Particularmente en el caso de personas con una afectación leve y plena capacidad de decisión, esto se debe acordar con ella por tal de respetar su privacidad. 

  • Salir acompañado

Cuando la persona con Alzheimer deba acudir a un lugar fuera de su entorno de proximidad o poco conocido para ella, es aconsejable que lo haga acompañada; algo que, progresivamente, será cada vez más necesario, hasta ser imprescindible, con el avance de la enfermedad.

Otra de las consecuencias de que la persona se sienta confusa o desorientada puede ser la deambulación sin propósito aparente. Incluso dentro de casa, la persona con Alzheimer puede desorientarse y tener dificultades para localizar la estancia de la casa a la que quiere ir, o no recordar cuál es el lugar exacto donde encontrará lo que está buscando. Puede estar buscando el baño, o alguna cosa para comer y, al tener dificultades para reconocer y orientarse en el entorno, puede parecer que camina arriba y abajo sin ningún propósito.

Para minimizar estas confusiones en el domicilio, es de gran ayuda favorecer un entorno adecuadamente adaptado a las dificultades de la persona con Alzheimer. Poner rótulos en las puertas de las estancias, etiquetas identificativas del contenido en armarios y cajones, procurar una adecuada iluminación, y mantener el espacio simple y ordenado, pero con elementos significativos para la persona, pueden resultar estrategias muy útiles para minimizar la desorientación espacial en el domicilio. 

Categorías: Consejos y cuidados

16.10.2020

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Acerca del autor

En la Fundación Pasqual Maragall investigamos la detección y prevención de la enfermedad de Alzheimer, promocionamos un envejecimiento saludable y trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y cuidadoras.

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