Procurar un hogar accesible y funcional para personas con Alzheimer
Adaptar el entorno a las distintas fases de la evolución del Alzheimer y crear un hogar accesible es un factor clave para potenciar la autonomía de quien lo padece. Es importante tener en cuenta que, al margen de las repercusiones de la enfermedad cerebral que padezca, una persona podrá valerse más o menos por sí misma según cómo esté de ajustado su entorno a sus capacidades y posibilidades. Como comentamos en otro artículo, estas deben atender tanto al entorno físico como el humano. Centrándonos en el entorno físico, en este artículo hablaremos de las adaptaciones del hogar para hacerlo más accesible.
Un hogar accesible para las diferentes fases de la enfermedad
Con el objetivo de que el hogar sea accesible y funcional para alguien que padece Alzheimer, es recomendable ir realizando algunas adaptaciones, de manera progresiva y en paralelo a las nuevas dificultades que se vayan presentando con el avance de la enfermedad.
En términos generales, un hogar accesible y funcional debería aportar:
- Seguridad, eliminando los elementos de riesgo.
- Sencillez, procurando que los elementos que formen parte del día a día sean familiares para la persona y de manejo sencillo.
- Estabilidad, minimizando el cambio injustificado de tales elementos.
Por tanto, las adaptaciones a realizar deben ser progresivas, buscando el fácil mantenimiento, tratando de explorar opciones económicas (buscando la funcionalidad, no siempre lo más caro es lo más adecuado) y, sobre todo, personalizadas (atendiendo al carácter y los gustos de la persona y al momento de la enfermedad en que se encuentra).
Fase de deterioro cognitivo leve
En la fase de deterioro cognitivo leve, los problemas son sutiles y la persona aún conserva su plena autonomía. Para potenciar al máximo su autonomía es importante minimizar la introducción de elementos nuevos, que requieran de un esfuerzo de aprendizaje
Por ejemplo, si hay que cambiar un electrodoméstico o cualquier aparato que emplee regularmente, es adecuado procurar hacerlo por uno del mismo modelo o muy similar, para evitar que deba familiarizarse con nuevos mecanismos y funciones para que pueda usarlo eficientemente. Es recomendable también, poner relojes y calendarios de sencilla lectura en lugares visibles, así como emplear pizarras o post-its como estrategias de recordatorio diversas: cita con el médico, realizar una llamada, comprar alguna cosa, etc.
Fase de demencia leve
En la fase de demencia leve aparecen las primeras dificultades funcionales que conllevan que la persona afectada precise de supervisión o ayuda para el desarrollo de algunas actividades cotidianas. Para que su hogar sea un entorno que permita maximizar su autonomía y seguridad puede resultar útil considerar diferentes adaptaciones, como las que a continuación se sugieren, a modo de ejemplo:
- Eliminar las alfombras o asegurar que estén bien fijadas al suelo puede evitar tropiezos y caídas por distracción.
- Utilizar alfombras antideslizantes en la bañera o ducha para fomentar una mayor sensación de seguridad durante la higiene.
- Retirar el pestillo de la puerta del baño para poder acceder desde fuera fácilmente si fuera preciso.
- Disponer de forma clara y en un lugar bien visible los números de emergencia y/o habilitar una tecla específica del teléfono para ello, facilitará la demanda de ayuda.
- Poner etiquetas en armarios o cajones puede disminuir la frustración o nerviosismo cuando la persona afectada busca ciertas cosas.
Fase moderada de demencia
Cuando la persona se encuentra en una fase moderada de la demencia, es particularmente relevante atender a elementos que minimicen limitaciones físicas para desarrollar las actividades de la vida diaria y que, a la vez, maximicen las capacidades cognitivas que aún están preservadas. Así, por ejemplo, se puede considerar:
- Poner asideros y, tal vez, una silla o taburete diseñado específicamente para ello en la ducha o bañera.
- Procurar evitar o limitar las redistribuciones de muebles o redecoraciones de espacios.
- Mantener los medicamentos o cualquier producto o sustancia potencialmente peligrosa a buen recaudo.
- Poner rótulos o fotografías indicativas en la puerta de cada estancia.
- Asegurar una buena iluminación de pasillos y estancias de la casa.
- Tener a la vista fotografías propias y familiares, así como objetos característicos que fomenten el recuerdo de su identidad y biografía.
Fase grave de demencia
En la fase grave de la demencia la necesidad de ayuda para la realización de la mayoría de actividades cotidianas es ya muy alta. Aun así, distintas adaptaciones del hogar serán facilitadoras, tanto para el bienestar de la persona con Alzheimer como para la persona cuidadora principal. Algunas cosas a contemplar son:
- Si hubiera escaleras en el domicilio, tratar de salvar la dificultad mediante la instalación de elementos automáticos de ascenso, o procurando que la zona donde se desenvuelva la persona enferma esté limitada a una sola planta.
- Prescindir de muebles poco necesarios para simplificar el espacio.
- Tener en un lugar seguro y de difícil acceso cualquier elemento potencialmente peligroso: cuchillos, herramientas, productos de limpieza, etc.
Las adaptaciones a realizar en el hogar para que sea accesible y funcional para personas con Alzheimer dependerán de las circunstancias de cada casa, de los recursos y posibilidades de cada familia, además de, lógicamente, el grado de afectación cognitiva y funcional de quien padece la enfermedad. Por eso, no es posible realizar un listado exhaustivo de recomendaciones.
No obstante, hay que tener presente la premisa de que el entorno debe adaptarse, progresivamente, a las capacidades que conserva la persona y no esperar que sea la persona con Alzheimer quien sea capaz de desenvolverse en un entorno que le resulta complicado. Teniendo esto en cuenta será más fácil crear un hogar accesible, valorando y procurando adaptaciones que maximicen su capacidad para desenvolverse en el entorno que la rodea de manera autónoma.
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