Juegos de mesa: diversión, estimulación y aprendizaje
Hay juegos de mesa clásicos que activan capacidades cognitivas diversas y, además, propician la interacción social. Todos hemos jugado alguna vez a juegos de mesa para divertirnos y pasar un buen rato, pero estos juegos también son herramientas útiles de aprendizaje y de actividad cognitiva recomendables a cualquier edad.
Veamos algunos ejemplos:
Ajedrez
Es un juego de estrategia que puede aportar múltiples beneficios, ya que requiere de la activación de funciones ejecutivas, como la atención, la concentración, el pensamiento crítico (tratar de prever la estrategia del adversario y cómo nuestros movimientos pueden condicionarla), la lógica, la capacidad de ordenar ideas y decidir, la flexibilidad de pensamiento, la planificación y previsión de consecuencias y la resolución de problemas.
También activa la percepción visuoespacial al imaginar los movimientos que puede hacer cada pieza sobre el tablero. Al mismo tiempo, el ajedrez estimula la capacidad de aprendizaje, ya que jugar bien exige dedicación y constancia.
Damas
Las damas también son un juego de estrategia que implica a las funciones ejecutivas, como por ejemplo la atención, la concentración, el pensamiento crítico, la lógica, la flexibilidad de pensamiento, la planificación y la previsión de consecuencias.
Parchís
El parchís, este juego tan conocido, ejercita habilidades como la motricidad fina y la coordinación visuomotora, la atención visual, el cálculo y la resolución básica de problemas (con la toma de decisiones sobre qué fichas mover, por ejemplo).
Dominó
Jugar una partida de dominó estimula la atención y la concentración, la memoria de trabajo y la memoria a corto plazo, el cálculo (para deducir qué fichas están en poder de los contrincantes), la percepción visual, el pensamiento crítico y la flexibilidad de pensamiento (para ir adaptando la propia estrategia a los cambios que se produzcan en el juego).
Juegos de cartas
Lo cierto es que hay muchos juegos de cartas. Algunos son muy fáciles y otros son realmente complicados. Pero, por muy simple que sea el juego, contribuirá a la agilidad mental. La mayoría exigen capacidad de atención, concentración, estrategia y memoria y, algunos, velocidad de procesamiento de la información. Los juegos de cartas más complejos también contribuyen al desarrollo del pensamiento crítico, como el bridge o el póker.
Los pasatiempos: otro tipo de actividades para ejercitar la mente
Podemos encontrar pasatiempos muy variados en los periódicos. También existen materiales específicos, a la venta en cualquier quiosco o librería, dedicados a un único tipo o a una variedad de pasatiempos, que pueden ayudarnos a ejercitar capacidades como la percepción, la lógica, la memoria o la concentración. Hoy en día, además del papel, podemos encontrar muchas actividades en formato electrónico, como las apps para tablets y smartphones. Pero veamos algunos ejemplos entre los clásicos:
- Sudokus. Hacer sudokus nos permite ejercitar la percepción, la memoria, la lógica, la deducción, la capacidad de planificación y la memoria de trabajo.
- Sopas de letras. Las clásicas sopas de letras estimulan el léxico, activan la atención y concentración, así como la visuopercepción..
- Crucigramas y autodefinidos. Resolviendo crucigramas y autodefinidos trabajaremos diversas funciones lingüísticas (fundamentalmente, el léxico y la memoria semántica) y la flexibilidad mental, al asociar definiciones y palabras y al buscar sinónimos que se ajusten a la longitud del espacio disponible.
- Laberintos. Nos permiten ejercitar funciones ejecutivas, como la habilidad para resolver problemas, la capacidad de planificación y la flexibilidad cognitiva. Estimulan, además, la atención, la concentración y la coordinación visomotora.
- Buscar las diferencias. Los pasatiempos de buscar las diferencias exigen altas dosis de capacidad de observación y atención, así como la habilidad para el análisis sistematizado y ordenado de las situaciones.
Es importante recordar que, hagamos lo que hagamos, nos tiene que motivar y suponer un mínimo reto para nuestra mente para así promover el efecto de la estimulación cognitiva. También es clave, insistimos, la variedad de actividades para asegurar una implicación de todas las funciones cognitivas. Además, mantener una mente activa es uno de los grandes pilares del envejecimiento saludable, junto con el ejercicio físico moderado, la alimentación y las relaciones sociales. ¡No debemos descuidar ninguno!