¿Por qué no es recomendable llevar la contraria a una persona con Alzheimer?
Llevar la contraria a una persona con Alzheimer puede provocar en ella reacciones de irritabilidad o frustración y una situación de tensión con quien la cuida o con otros seres queridos.
En este artículo descubriremos por qué sucede esto y se aportarán algunas estrategias para minimizar el estrés y comunicarnos mejor con la persona con Alzheimer.
No es recomendable ni práctico llevar la contraria a una persona con Alzheimer
El progresivo deterioro cognitivo que experimenta una persona con Alzheimer provoca que su visión y percepción de la realidad se vaya transformando, dejando de ser igual a como la concebimos el resto. Eso no es fácil de comprender y es algo que cuesta mucho de asumir por quienes rodean a la persona afectada, pero ella interpretará el mundo desde su realidad actual, por más que pretendamos que sea de otra forma.
Es fácil catalogar algunas cosas que dice una persona con Alzheimer como “tonterías” o “sin sentido”, atentando así a su dignidad y facilitando una tendencia a llevarle la contraria o tratar de hacerla razonar. Eso será, en la mayoría de ocasiones, una batalla perdida que puede contribuir a incrementar la sensación de sobrecarga de la persona cuidadora y favorecer una conducta alterada en la persona con Alzheimer.
La alteración de la memoria y de otras capacidades cognitivas interfiere en su interpretación de la realidad y en la adecuación de la respuesta o las reacciones a lo que sucede a su alrededor.
Es mucho más práctico y beneficioso para todas las partes implicadas aceptar lo que comporta el diagnóstico de Alzheimer y la progresión de la enfermedad que resistirse a ello y llevar la contraria a la persona con Alzheimer. Pero eso no es fácil. Por eso, sin existir fórmulas infalibles, ofrecemos algunas ideas que pueden ayudar.
¿Qué no decir a una persona con Alzheimer?
En el acompañamiento cotidiano, algunas frases o actitudes pueden generar confusión, malestar o incrementar la ansiedad de la persona con Alzheimer. A continuación, presentamos algunas de ellas, junto con las razones por las que es mejor evitarlas y cómo responder de forma más adecuada.
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Frase o actitud |
Razón para evitarla |
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“Ya te lo he dicho muchas veces” |
Puede aumentar la frustración y el sentimiento de incapacidad. |
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“¿Cómo puede ser que no recuerdes esto?” |
Genera incomodidad y presión innecesaria por su dificultad para recordar. |
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“Eso no ha pasado nunca” |
Niega su realidad y puede producir irritabilidad o tristeza. |
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“¿No te acuerdas de mí?” |
Puede crear ansiedad y sentimiento de culpa por no reconocer a personas conocidas o familiares. |
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“Piénsalo bien, seguro que lo sabes” |
Puede resultar una exigencia imposible y aumentar el estrés. |
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Corregir constantemente datos o recuerdos |
Favorece la aparición de alteraciones de la conducta, como irritabilidad y desconfianza. |
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Hablar desde el sarcasmo o menosprecio |
Menoscaba la autoestima y puede romper el vínculo afectivo. |
Alternativas para no llevar la contraria a una persona con Alzheimer
Proponemos algunas respuestas más adecuadas que contradecir a una persona con Alzheimer, basadas en situaciones cotidianas que pueden servir como ejemplo:
Parece que se inventa cosas
Tal vez la persona con Alzheimer nos cuente que, recientemente, quizás solo un rato antes, ha venido de visita a casa un familiar determinado, cuando eso es algo imposible porque esa persona vive lejos o quizás haya fallecido.
Lo más seguro es que la persona esté confundiendo contenidos de sus recuerdos con la realidad actual y, por eso, parece que se lo invente, pero, para ella, en ese momento, es como si el hecho fuera real.
Ante esta situación, en lugar de llevar la contraria a la persona con Alzheimer tratando de hacerla razonar para que entienda que no es posible, es preferible preguntarle si echa de menos a ese familiar y dedicar unos minutos a recordar algún momento gratificante vivido con esa persona.
“¡Esta no es mi casa!”
Puede que la persona no reconozca su casa como su hogar y que ello se deba a que los recuerdos antiguos se muestran mucho más consistentes que los más actuales, puesto que la memoria, en estos casos, se va deteriorando siguiendo esta tendencia progresiva.
Así pues, es fácil que su recuerdo de hogar esté relacionado con su casa de la infancia o la juventud y por eso, en un momento dado, no perciba su casa actual como tal. También puede ser una expresión de desasosiego e intranquilidad y esté manifestando la necesidad de sentir seguridad.
De nuevo, tratar de convencerle mediante la lógica o el razonamiento y llevar la contraria, seguramente, no será efectivo. Es más recomendable procurar tranquilizarla mediante el afecto y la calma, diciéndole, si es preciso, que pronto estará o iremos a casa (como una forma de conducirla a la serenidad). De esta manera, trataremos de distraer su atención hacia algo que le resulte placentero o agradable, tal vez ayudándonos de la música, fotografías u otros objetos personalmente significativos.
“¿Quién es esta nueva amiga que viene contigo?”
Imaginemos la siguiente situación: llegamos a casa acompañados de otro miembro de la familia, por ejemplo, una hermana de la persona con Alzheimer. No la reconoce y, por tanto, para ella es una persona nueva y nos pregunta quién es o nos pide que se la presentemos.
En lugar de llevar la contraria a la persona con Alzheimer cuando no reconoce a un familiar, evitemos confrontarla con su dificultad. Podemos responder sin mostrar sorpresa y con amabilidad, por ejemplo: “¡Mira, ha venido tu hermana Marta a verte!”. Si, aun así, expresa extrañeza hacia ella, se procurará empezar a interactuar con naturalidad sin darle más importancia a la dificultad de reconocimiento.
Controlar la reacción al deterioro cognitivo de la persona con Alzheimer
La mejor actitud que podemos adoptar es la de tratar de comprender la situación actual de nuestro ser querido y adaptar nuestra respuesta a ella. La enfermedad de Alzheimer comporta una serie de síntomas cognitivos que afectarán a capacidades tan diversas como la retención de nueva información, la recuperación de recuerdos, la orientación en tiempo, espacio y persona, el razonamiento, la identificación de objetos y personas, el uso adecuado del lenguaje o la comprensión verbal.
Todo ello hace que la vivencia y la percepción del entorno, así como de lo que le ocurre, sean muy distintas a como habían sido siempre. Y, aunque resulte difícil de aceptar, debemos comprender que, desde su realidad actual, lo que la persona con Alzheimer dice es verdad para ella, y lo que siente, también. No es realista esperar que, por llevarle la contraria, vuelva a concebir el mundo como nosotros o modifique su percepción. No podemos evitar ni controlar la progresión del deterioro cognitivo, pero sí podemos decidir cómo reaccionar ante él.
Llevar la contraria no es la mejor opción ante el Alzheimer
En vez de llevar la contraria a una persona con Alzheimer, es más fácil comunicarse desde el afecto y la empatía para la aceptación de la situación y la fluidez de la relación. Hay que esforzarse en comprender que la realidad de la persona con demencia es distinta a la nuestra. Sus acciones y reacciones están mediadas por su percepción actual.
Sabemos que el día a día no siempre es fácil y que ciertas situaciones pueden resultar agotadoras. Por eso, es tan importante fomentar el autocuidado de las personas del entorno y de las personas cuidadoras, y que se trate de acceder a recursos y lugares donde encontrar apoyo (asociaciones, grupos de ayuda, profesionales) para minimizar el estrés del entorno familiar. Un buen ejemplo es el programa de atención a las personas cuidadoras de un familiar con Alzheimer que ofrece la Fundación Pasqual Maragall.
Preguntas frecuentes
¿Qué consecuencias emocionales tiene llevar la contraria a una persona con Alzheimer?
Puede generar frustración, ansiedad, confusión y sensación de confrontación, afectando su bienestar emocional.
¿Cómo afecta el llevar la contraria a la relación entre persona cuidadora y persona con demencia?
Puede incrementar la tensión, disminuir la confianza y dificultar la comunicación fluida entre la persona con demencia o Alzheimer y quien cuida.
¿Por qué llevar la contraria no suele funcionar cuando la realidad de la persona ha cambiado por la demencia?
Llevar la contraria no suele funcionar porque la percepción de la realidad está alterada por la enfermedad y razonar o contradecir no modifica esa percepción ni mejora la interacción.
¿Qué impacto puede tener el llevar la contraria sobre el comportamiento de la persona con Alzheimer?
Llevar la contraria a una persona con Alzheimer puede desencadenar agitación, resistencia o retraimiento emocional, complicando aún más la rutina diaria y los cuidados.
Publicado originalmente el 1 de agosto de 2022, actualizado el 6 de noviembre de 2025.
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