En un cerebro con Alzheimer las neuronas ven comprometida su capacidad para procesar la glucosa, que es su principal fuente de energía. Los que defienden la teoría del aceite de coco para el tratamiento del Alzheimer postulan que esta sustancia puede proveer de una fuente de energía alternativa, los llamados cuerpos cetónicos que se producen a partir de los Triglicéridos de Cadena Media (TCM) y que se encuentran en gran cantidad en el aceite de coco.
Es cierto que la disfunción de energía en las neuronas es algo conocido y hay diversas investigaciones en marcha a nivel mundial dedicadas a estudiar la implicación de este proceso en la enfermedad. Sin embargo, actualmente, los beneficios del aceite de coco son una mera suposición que no ha sido evaluada en investigaciones científicas rigurosas. Además, como advierte la Organización Mundial de la Salud, el aceite de coco tiene un alto índice de grasas saturadas, lo que hace que un elevado consumo del mismo pueda derivar en altos niveles de colesterol.
¿Qué sabemos sobre los efectos de los suplementos de vitamina E en personas con Alzheimer?
Sí se han realizado investigaciones que han evaluado el efecto de los suplementos de vitamina E en personas con Alzheimer. Sin embargo, los resultados no son concluyentes y es preciso seguir investigando sobre ello. Mientras, no se puede dar una indicación terapéutica a estos suplementos. Algunos estudios incluso destacan los potenciales efectos adversos de tomar dosis elevadas de vitamina E, como la asociación a un mayor riesgo de muerte, particularmente en personas con enfermedad cardiovascular. Por todo ello, pues, no es recomendable administrar por cuenta propia suplementos de vitamina E para prevenir o tratar la enfermedad de Alzheimer, sin contar con una valoración, prescripción y supervisión médica.
Nuestra opinión: alimentación equilibrada y consulta médica
No existen estudios científicos concluyentes que demuestren beneficios relevantes en el consumo de suplementos alimenticios o nutricionales para el tratamiento o la prevención de la enfermedad de Alzheimer. Es necesaria más investigación al respecto.
Una alimentación sana y equilibrada (como la dieta mediterránea) debería cubrir los nutrientes necesarios. Ante cualquier duda, es altamente recomendable que sea el médico quien determine, sea por carencias o relacionado con el tratamiento o prevención de cualquier patología, la conveniencia de tomar cualquier suplemento nutricional.
Hay que tener en cuenta que los suplementos dietéticos pueden tener interacciones con la medicación, o estar contraindicados con alguna patología y, al contrario de lo que se pretendía, provocar efectos adversos y ningún beneficio. El hecho que un producto esté basado en algo “natural” o en vitaminas, no lo exime de poder ser perjudicial.