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Las fases iniciales del Alzheimer

4 min lectura
15 abril, 2022
Índice de contenidos

    El Alzheimer es una enfermedad progresiva que, atendiendo a la evolución de sus síntomas más comunes, puede dividirse en diferentes fases. De la misma manera que no hay dos personas iguales, los síntomas y las conductas tampoco serán idénticas y presentarán intensidades y frecuencias que pueden diferir de una persona a otra.

    En este artículo queremos dar más detalles sobre cómo son las fases iniciales del Alzheimer, así como proponer ciertas acciones que puede llevar a cabo la persona cuidadora.

    Fases iniciales del Alzheimer: ¿cómo ayudar?

    En las fases iniciales del Alzheimer, la persona afectada puede desenvolverse de manera bastante independiente. Los síntomas de la enfermedad son visibles pero manejables y, aunque ya afectan de forma directa al desempeño de sus actividades diarias, las puede seguir llevando a cabo con un poco de apoyo y acompañamiento

    Aceptar la enfermedad

    Con el diagnóstico de Alzheimer se inicia un proceso en el que la persona afectada y su entorno cercano se deberán ir adaptando a las necesidades que vayan surgiendo con el avance de la enfermedad. En las fases iniciales del Alzheimer es importante que la familia acepte la enfermedad y se informe sobre su evolución y sus síntomas. Esto facilitará comprender ciertas conductas y reacciones de la persona diagnosticada, gestionar determinadas situaciones y maximizar el bienestar de la persona afectada y de quienes se preocupan por ella

    Aunque hay unos aspectos comunes y generales que permiten graduar la evolución de la enfermedad de Alzheimer y definir sus síntomas, la progresión y los síntomas concretos presentan diferencias individuales. Estas diferencias se pueden percibir ya desde el principio, puesto que aspectos como la personalidad de quien padece la enfermedad o las características del entorno familiar y de sus componentes, suelen influir en la vivencia de la enfermedad en las primeras etapas.

    No hay una fórmula infalible para encajar bien el diagnóstico y adaptarse a todos los cambios que conlleva, pero recabar consejos y orientaciones adecuadas a cada fase como los que a continuación se sugieren para la fase leve, puede facilitar este proceso.

    Fomentar la autonomía

    Las tareas más complejas, que requieren de capacidad organizativa o de planificación, son las primeras que se ven afectadas. Es el caso, por ejemplo, de la organización de un viaje o la planificación de la agenda. También aparecen dificultades para gestionar la propia economía y, más adelante, para manejar el dinero en efectivo. Los problemas de memoria interferirán en aspectos muy diversos, como recordar citas o tomarse adecuadamente la medicación.

    Ya desde las fases iniciales del Alzheimer es importante fomentar la autonomía de la persona afectada y potenciar las habilidades que mantenga preservadas. Para ello, es clave que el entorno humano y físico se vaya adaptando a las nuevas circunstancias de esta persona. 

    Es aconsejable que, al margen de los miembros de la familia, otras personas del entorno próximo estén al corriente de la situación. Así, los vecinos o el personal de los comercios habituales podrán identificar con más facilidad posibles momentos de confusión y ayudar de forma eficiente a la persona con Alzheimer. Por otro lado, también fomentará la autonomía que el entorno físico en que la persona se desenvuelve sea sencillo, práctico y seguro, procurando un hogar accesible.

    A pesar de las limitaciones que va imponiendo la enfermedad, hay muchas actividades cotidianas que la persona afectada puede continuar llevando a cabo, con un poco de supervisión y apoyo. Para fomentar que la persona con Alzheimer se valga por sí misma el mayor tiempo posible, es aconsejable que, en esta etapa, quien cuida se limite a supervisar, facilitando que la persona afectada realice por sí misma las tareas, con alguna ayuda puntual si es necesario, en lugar de, directamente, llevarlas a cabo por ella, sea por impaciencia o por tendencia a la sobreprotección. Mantenerse activa e independiente contribuirá a reforzar su autoestima y a reducir la frustración que le puede provocar la pérdida de capacidades.

    Por otro lado, respetar las rutinas diarias, promover el mantenimiento de las aficiones, propiciar la actividad física y mental, así como mantener las relaciones sociales, le ayudará a sentirse activa y a preservar por más tiempo las capacidades cognitivas que aún no están afectadas.

    Planificar el futuro

    En las fases iniciales del Alzheimer, cuando la persona afectada aún conserva suficiente capacidad de decisión, conviene pensar en planificar el futuro y que la persona pueda comunicar formalmente su voluntad sobre temas importantes, antes de que la enfermedad avance. 

    Nos referimos a aspectos de tipo económico, de patrimonio, los deseos respecto a cómo, dónde y por quién ser cuidado cuando uno no pueda hacerlo por sí mismo, etc. Existen diferentes herramientas legales que garantizan el cumplimiento de la propia voluntad si en el futuro se ve anulada su capacidad para expresarla.

    También es oportuno informarse sobre los recursos sociales existentes para personas afectadas y familiares.

    Apoyar y acompañar

    Sentimientos de incredulidad, temor, negación u enfado pueden aflorar y solaparse, no solo en la persona diagnosticada, sino también en sus seres queridos. El papel del entorno más cercano y, en concreto, de quién velará y atenderá a la persona afectada será, en esta primera etapa, fundamentalmente de apoyo y acompañamiento.

    Expresar los sentimientos y compartir los temores ayudará a superar las emociones negativas que despierta esta situación. El impacto del diagnóstico requerirá de un tiempo de asimilación para comprender y aceptar la enfermedad. A pesar del dolor y las dificultades, hay que intentar centrarse en vivir el presente, en las fases iniciales del Alzheimer y en las próximas, prever lo esencial del futuro, cuidar las relaciones personales y buscar tiempo de calidad para disfrutar juntos, con familia y amigos, pensando en que hay muchas actividades que la persona afectada puede realizar en compañía de sus seres queridos.

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