Abordar comportamientos sexuales inadecuados de personas con Alzheimer
Los cambios cerebrales producidos por la enfermedad de Alzheimer y la confusión y desorientación que experimenta quien la padece, pueden afectar al comportamiento sexual, así como propiciar episodios de desinhibición o conductas poco apropiadas. Hablar de intimidad y sexualidad no siempre es fácil, pero a veces resulta muy necesario para manejar del mejor modo posible algunas conductas que puede presentar una persona con Alzheimer y que pueden resultar particularmente embarazosas para quien le cuida y otras personas de su entorno.
¿Qué son los comportamientos sexuales inapropiados?
Por “comportamientos sexuales inapropiados” nos referimos a actos verbales o físicos con connotación sexual que se perciben como inaceptables en el contexto en el que se dan. A veces, una persona con Alzheimer puede mostrar un comportamiento que nos puede sorprender, ya sea por no ser propio de su carácter previo, o por lo inapropiado en el contexto en que se produce.
Ante esta situación es útil recordar que, tal vez, su conducta sea una forma de comunicar algo que no es capaz de expresar de forma convencional y que es consecuencia de su enfermedad. Puede resultar, incluso, que lo que puede parecer una conducta de tipo sexual no lo sea y esté producida por un malestar, dolor o confusión. Podría ser también que, simplemente, necesidad de compañía, contacto físico o afecto, y no tratarse de una expresión relacionada con la líbido. Por ejemplo, el hecho de que se quite la ropa delante de otras personas o que parezca que se está masturbando, podría estar expresando alguna molestia genital (como resultado, tal vez, de una infección de orina) o la necesidad de ir al baño.
Los comportamientos sexuales inapropiados son aquellos que son consecuencia de la activación sexual de la persona con demencia. El objetivo a la hora de abordarlos no debe ser que la persona deje de intentar satisfacer sus necesidades sexuales, sino que deje de hacerlo de forma inapropiada, sea por el modo o el contexto en que las expresa.
¿Cómo minimizar las situaciones embarazosas?
Para minimizar las situaciones embarazosas de tipo sexual puede resultar prestar atención tanto a su posible origen como a sus consecuencias y actuar sobre ambos aspectos.
Por ejemplo, si se sospecha que el origen de determinadas conductas es el aburrimiento, trataremos de implicar a la persona con Alzheimer en un mayor número de actividades que ocupen su tiempo y su atención.
Otra posible explicación a una conducta de acercamiento inapropiado a quien le asiste en su higiene, puede ser que confunda a esta persona con una pareja sentimental cuando no lo es, o que malinterprete el contexto y le atribuya otro sentido (por ejemplo, confundir el que le quiten la ropa con el preámbulo de una relación sexual). En este caso, puede resultar de ayuda que sea otra persona quien le asista en la higiene o explicar lo que se está haciendo y por qué (por ejemplo, “te ayudo a quitarte la camisa para que te puedas duchar”).
En cuanto a las consecuencias, puede ser que nuestra reacción a su conducta, sin pretenderlo, contribuya a que se mantenga. Puede resultar efectivo ignorar la conducta cuando se sospecha que tal comportamiento sexual inapropiado se produce por la atención que recibe cuando lo manifiesta. Si la persona tiene la capacidad cognitiva suficientemente preservada como para comprenderlo, hemos de explicarle por qué su comportamiento resulta inadecuado, pero sin juzgarla o avergonzarla.
Además de lo anteriormente expuesto, ofrecemos a continuación algunas orientaciones sobre cómo actuar en determinadas situaciones que nos pueden sorprender y coger desprevenidos:
¿Cómo actuar ante algunas situaciones concretas de tipo sexual?
- Se quita la ropa o se masturba (o lo parece) en lugares inapropiados: Como hemos comentado anteriormente, no tiene por qué ser una manifestación de deseo sexual. Puede ser que la persona con Alzheimer, en ese momento, se encuentre molesta o necesite ir al baño. En primer lugar, debemos mantener la calma. Si se ha quitado la ropa, por ejemplo, hay que ayudarle a ponérsela de nuevo y ocupar a la persona en alguna actividad en la que deba usar las manos o en cualquiera que le distraiga. Si no resulta efectivo, la acompañaremos a un espacio privado, pero evitando la confrontación, ya que puede llevarle a reaccionar de forma desmesurada. A menudo, tratando de descubrir cuál puede ser la causa o necesidad, y procurando satisfacerla, se puede llegar a resolver la situación.
- Se insinúa sexualmente o toca inapropiadamente a personas o en contextos no pertinentes. Recordarle amablemente y de forma consistente que eso no está bien, a la vez que se procura distraerle, por ejemplo, proponiéndole la participación en una actividad que le resulte atractiva, disculpando su reacción ante terceras personas, sin culpabilizar por ello ni a la persona afectada ni a nosotros mismos.
- Hace bromas o comentarios de tipo sexual ante personas de poca confianza: Es importante mantener la calma y no reñir a la persona, puesto que esto la puede alterar. Una vez más, hay que recordarle amablemente que eso no está bien o no resulta gracioso, e intentar reconducir el hilo de la conversación. De nuevo, en cuanto se tenga la ocasión de hacerlo sin abochornar a la persona con Alzheimer, pedir disculpas a las terceras personas implicadas explicando sucintamente su condición.
- Realiza constantes demandas de relación sexual a su pareja: La enfermedad de Alzheimer suele producir un menor deseo sexual más que un incremento del mismo. De todos modos, hay personas en las que, al menos temporalmente, la líbido y la desinhibición sexual puede aumentar. A esto se une una pérdida de razonamiento, por lo que la persona puede mostrarse particularmente insistente en mantener relaciones sexuales. La pareja no tiene por qué ceder a tales demandas si no comparte ese deseo y tiene que poder expresar, de forma firme pero respetuosa, su negativa. Es importante procurar que las necesidades de afecto y contacto físico de la persona con Alzheimer sean atendidas, ya sea mediante abrazos, besos, caricias o, simplemente, cogiéndole de la mano.
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