Cuidar a la persona cuidadora: ¿cómo funcionan los grupos terapéuticos?
En España, el 90% de las personas que padecen Alzheimer son cuidados directamente por sus familias. En la gran mayoría de casos, la responsabilidad recae en el cónyuge de la persona enferma o, en menor medida, en algún hijo o hija, con una dedicación de 15 horas diarias los siete días de la semana. Es importante tener en cuenta que también hay que cuidar a la persona que cuida de una persona afectada con Alzheimer.
Si no se cuenta con el apoyo necesario, afrontar la realidad de lo que supone cuidar a un familiar con Alzheimer puede desencadenar problemas físicos y psicológicos asociados al estrés, la ansiedad, la depresión o la frustración. Es lo que se conoce como el síndrome de sobrecarga de la persona cuidadora o síndrome del cuidador ‘quemado’. Las personas cuidadoras se encuentran tan desbordados que acaban relegando a un segundo plano su salud física y mental. Un hecho que les convierte en personas enfermas ocultas.
Para apoyar a quienes cuidan, la Fundación Pasqual Maragall cuenta con un programa de grupos terapéuticos donde adquieren conocimientos, herramientas y recursos que repercuten positivamente en su bienestar general. Ellos mismos explican cómo, tras estas sesiones, se sienten más capacitados para cuidar a su ser querido entendiendo, a su vez, que ellos también deben cuidarse y que todo ello redunda en la calidad de la atención que prestan a la persona con Alzheimer.
Cuidar a quienes cuidan de una persona con Alzheimer: cómo funcionan los grupos terapéuticos
Los grupos terapéuticos consisten en una terapia psicológica grupal dirigida por un terapeuta profesional. La intervención consta de 14 sesiones, una a la semana, de una hora y media de duración. El objetivo de la terapia es minimizar el riesgo de sobrecarga y sus indeseados efectos y mejorar el bienestar de las personas cuidadoras.
El terapeuta enseña a comprender la enfermedad y convivir con ella de forma serena, digna y controlada. Durante las sesiones, los participantes comparten sus experiencias con otras personas cuidadoras, aprenden a gestionar las propias emociones y practican técnicas de relajación. Son muchas las situaciones cotidianas que pueden llevar a que quienes cuiadan experimenten altos niveles de ansiedad y resulta fundamental aprender a dominarla. Aun cuando no se tenga la sensación de ansiedad, saber cómo identificarla y controlarla es útil para prevenirla.
Durante la intervención se abordan temas como la evolución de la enfermedad, la comprensión de los síntomas y los cambios de conducta y cómo abordarlos, así como la comunicación con la persona enferma. Se explica también cómo facilitar la realización de las actividades cotidianas, o la necesidad de integrar el rol de la persona cuidadora en la propia identidad y disponer de espacios para uno mismo. También se ofrecen pautas para aprender a pedir ayuda y explorar los recursos comunitarios disponibles.
Desde el inicio del programa, en 2011, la Fundación Pasqual Maragall ha impulsado 47 grupos terapéuticos gratuitos por toda la geografía española en los que han participado más de 420 personas cuidadoras.
Aprovechamos la ocasión para presentaros a Fernando y Quima, personas cuidadoras que participaron en el programa de grupos terapéuticos de la Fundación Pasqual Maragall.
Fernando y Quima cuidan de sus respectivos cónyuges, que padecen la enfermedad de Alzheimer. Ambos valoran la experiencia como muy positiva ya que han mejorado su conocimiento sobre la enfermedad y han entrado en contacto con otras personas en su misma situación.
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