La orientación personal nos permite saber en todo momento cómo nos llamamos, qué edad tenemos, cuál es nuestra fecha de nacimiento, cuál es o fue nuestra profesión, reconocer a nuestros familiares y seres queridos, así como recordar detalles de nuestra historia de vida.
En la progresión de la enfermedad de Alzheimer la desorientación en persona suele acontecer después del inicio de la desorientación temporal y espacial, manifestándose de forma conjunta en estadios avanzados del deterioro cognitivo.
Cuando la orientación en persona se va viendo afectada, la dificultad para reconocer la propia identidad e historia de vida es cada vez más acusada.
- Pueden aparecer problemas para recordar datos personales relevantes, como la dirección del propio domicilio o número de teléfono o, más adelante, la propia edad o fecha de nacimiento.
- También puede verse afectado el recuerdo de aspectos clave de la vida de la persona afectada. Por ejemplo, los nombres de familiares cercanos o cuestiones relacionadas con aspectos que siempre habían sido relevantes para ella, como el colegio al que asistió, o aquella empresa en la que trabajó durante muchos años.
Cuando la desorientación en persona es grave, la persona muestra un conocimiento muy elemental sobre recuerdos significativos de su vida y sobre su historia autobiográfica. No obstante, el recuerdo de su propio nombre y la capacidad de distinguir a las personas conocidas de las desconocidas de su entorno, aunque pueda tener dificultades para identificar quienes son y qué papel juegan en su vida, son aspectos más resistentes a la progresión de la enfermedad. Incluso cuando aparentemente no reconocen a seres queridos, suele mostrar receptividad y agradecimiento a las muestras de afecto y, probablemente, estas le ayuden a recuperar la sensación de familiaridad y bienestar que produce esa relación.
Consecuencias de la desorientación en persona
Problemas para identificarse
Si la persona se pierde, aunque sea en un entorno conocido, puede tener dificultades para dar datos personales relevantes que puedan ser de utilidad a quien le preste ayuda. Por eso, si el estado de la persona aún permite que pueda salir sola, aunque sea en entornos conocidos para ella, es muy importante que siempre lleve consigo algún elemento (un colgante o pulsera, una tarjeta…) con los datos básicos de identificación y un teléfono del contacto a quien avisar.
Dificultades para reconocer a personas significativas de su vida
El deterioro progresivo de la memoria y de la cognición como consecuencia del avance de la enfermedad de Alzheimer puede conllevar problemas para reconocer a personas familiares.
Esta alteración para reconocer caras familiares, incluida la propia imagen reflejada en un espejo, se relaciona con una alteración cognitiva específica, llamada prosopagnosia. Debido a que la atrofia cerebral afecta a unas áreas responsables del reconocimiento facial, para lo que se precisa vincularla con información almacenada que permita dotar de significado a la cara percibida, como sucede en otras formas de agnosia.
Cómo podemos reducir el impacto de la desorientación en persona
Una forma de promover la orientación en persona es facilitar el recuerdo de aquella información clave que configura la identidad de la persona afectada a través del aprendizaje sin error.
Esta técnica de estimulación cognitiva trata de facilitar el recuerdo a través de la repetición de la información a recordar. La repetición, en forma de amable recordatorio, sin atosigar y de forma lo más natural posible, puede contribuir a minimizar la frustración que conlleva el error.
No obstante, esta actuación solo será útil cuando la capacidad de memorizar esté aún relativamente preservada, siguiendo el principio fundamental de tratar de mantener el máximo tiempo posible las capacidades preservadas.
A medida que la enfermedad progresa, es recomendable recurrir a estrategias compensatorias, es decir, que permitan que la persona evoque aspectos relacionados con su identidad e historia de vida, de forma amena y sin que se sienta sometida a ninguna presión.
Una forma sencilla de estimular la orientación en persona, o compensar su déficit, consiste en repasar con la persona afectada la información personal y acontecimientos relevantes de su vida a recordar, como, por ejemplo, con las siguientes estrategias:
- Contando con la participación de la persona afectada siempre que sea posible, crear una tarjeta identificativa, que recoja su nombre y apellidos, fecha de nacimiento, edad, lugar de nacimiento, el nombre de los miembros de su familia y otros seres queridos, su mascota, sus aficiones y gustos personales, entre otros.
- Utilizar recursos visuales, como un álbum de fotografías de la persona y sus seres queridos que le ayude a recordarlos, o un cuaderno o libro de historia de vida con los pasajes más significativos de su vida. Se puede incluir el colegio al que asistió, su trabajo, amigos de diferentes épocas, un árbol genealógico con los miembros de la familia, entre otras muchas posibilidades. Es fundamental que la persona (o alguien que la conozca muy bien, si precisa ayuda) pueda opinar y aportar lo que para ella es o no es relevante y atender a lo que le resulta grato o no grato recordar.
- También podemos crear una “caja de los recuerdos” que incluya objetos personales significativos para la persona, que puedan facilitar la evocación y el recuerdo de hechos, acontecimientos y personas importantes en su vida.
- La música personalmente significativa, aquella que tiene relación con episodios o acontecimientos vitales relevantes y agradables, suele ser un excelente activador de recuerdos, vivencias y emociones.
La desorientación en persona es uno de los síntomas cognitivos del Alzheimer más dolorosos y difíciles de aceptar por los seres queridos de la persona afectada. Es importante ser consciente de que normalmente no aparece hasta fases avanzadas de la enfermedad, y que los errores cometidos respecto a la propia identidad o biografía no responden a ninguna intencionalidad de la persona con Alzheimer, y ella misma puede sentirse angustiada en consecuencia. Por tanto, es importante evitar cualquier discusión. Es preferible abordar la cuestión desde la empatía e intentar promover la orientación en persona facilitando el recuerdo de lo que esencialmente define a la persona y de quienes son sus seres queridos, valiéndonos de distintas estrategias y recursos de apoyo.