En este artículo destacamos algunos de los aspectos clave para que las personas con demencia y quienes las acompañan y cuidan de ellas reciban toda la atención específica que sea posible en situaciones de conflicto y crisis humanitaria. La información proviene de un informe de 2019 de Alzheimer’s Disease International acerca de la necesidad de atender específicamente a las personas con demencia en estas situaciones y los consiguientes consejos que esta misma entidad ha elaborado para personas cuidadoras, agencias humanitarias, comunidades y personas que viven con demencia.
La necesidad de detectar a las personas con demencia y atenderlas específicamente
En las situaciones de emergencia humanitaria, como lo es una guerra, se producen unos cambios bruscos, radicales y traumáticos de lugar donde vivir, estructura comunitaria y entorno que ponen a las personas con discapacidad en alto riesgo. No obstante, las personas afectadas por demencia, en tanto que padecen lo que se puede referir como una discapacidad “oculta”, suelen pasar desapercibidas a la respuesta humanitaria y, al “no verse” su condición, no reciben una adecuada asistencia.
Por otro lado, no es realista que quienes están implicados en la respuesta humanitaria organizada puedan ser expertos en todas las condiciones y necesidades particulares, por lo que es fundamental la colaboración entre las agencias humanitarias y las entidades especialistas en atención a las personas con demencia para abordar la situación y dar la máxima cobertura posible a las necesidades específicas de las personas con demencia y de quienes cuidan de ellas.
Consejos para la atención a personas con demencia en una situación de emergencia humanitaria
Con motivo del actual conflicto en Ucrania, ADI ha difundido una serie de consejos que pueden ser de gran ayuda para personas cuidadoras, agencias humanitarias, comunidades y personas que viven con demencia en situaciones de emergencia, como es la actual guerra de Ucrania. Este recurso ha sido editado en distintas lenguas en forma de tarjetas y aquí pueden descargarse en español. Se resume a continuación lo fundamental de cada una de ellas:
- Identificación de las personas con demencia. Es clave para que estas personas puedan recibir una atención específica a sus necesidades, para lo que es importante crear algún sistema que permita detectarlas y poder informar de su condición a los distintos agentes. El estigma y la percepción negativa o temor hacia ellas por desconocimiento puede llevar a que las personas con demencia sean objeto de abuso o violencia, por lo que, si es posible, se les debería proporcionar, a ellas y a quienes cuidan de ellas, un espacio físico seguro.
- Importancia de una comunicación clara. Hablar con claridad, pausadamente y empleando frases sencillas para explicar lo que sucede o para dar indicaciones. Tanto los aspectos verbales como los no verbales (expresiones y gestos) son fundamentales en la comunicación con una persona con demencia.
- Orientación y apoyo. Es muy importante ser pacientes y mantener la calma cuando se habla o se atiende a una persona con demencia (fundamental, la empatía). Pueden tener reacciones atípicas o inesperadas ante las situaciones de crisis, como resistirse a abandonar lugares peligrosos si no comprenden la amenaza, y precisar mayor apoyo y guía que otras personas.
- Planificación atendiendo a la movilidad. Hay que prever necesidades asistenciales específicas si la persona con demencia tiene dificultades de movilidad, proporcionando las ayudas físicas que pueda requerir y alertando a otros de que se precisará ayuda para asistir a la persona en caso de necesidad urgente de evacuación.
- Asistencia en la comida, bebida e higiene. Cualquier situación que conlleve una pérdida de rutinas y de actividades cotidianas suele suponer una dificultad añadida para las personas con demencia. En una situación de emergencia humanitaria esta alteración de rutinas cobra una dimensión dramática. En el informe de ADI se indica la importancia de recordar y/o asistir a la persona con demencia de la regularidad en la ingesta de comida y bebida, así como en aspectos de higiene, en la medida de lo posible. Si se puede, procurarle además alimentos ricos en nutrientes para tratar de minimizar posibles deficiencias que pueden contribuir a empeorar su condición de salud y su funcionalidad.
- Seguridad y bienestar de las personas cuidadoras. La atención a la seguridad y el bienestar de las personas cuidadoras es tan importante como la de las personas con demencia y también se debe velar por ello, procurando, en la medida de lo posible, su alimentación, hidratación y descanso. La labor de cuidar ya causa estragos en el bienestar de quien asume esa responsabilidad en una situación cotidiana y es fácil imaginar cómo se dimensiona en una situación tan dramática como en un escenario de guerra.
Según ADI, en el mundo, una de cada 70 personas vive bajo el impacto de una crisis que conlleva la necesidad urgente de asistencia humanitaria y protección. Los conflictos que provocan oleadas de desplazados, la inseguridad alimentaria y los desastres naturales generados por el cambio climático son cada vez más frecuentes. Las personas con demencia pueden no recibir la asistencia específica que precisan si quienes les han de prestar la ayuda humanitaria no reconocen su condición o no saben cómo abordarla.