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¿Qué es la incontinencia urinaria? Consejos para abordarla cuando aparece en personas con demencia


La incontinencia urinaria es un problema común entre las personas con demencia y puede representar un desafío significativo tanto para ellas como para las personas cuidadoras. Este artículo tiene como objetivo proporcionar una comprensión básica de qué es la incontinencia urinaria, explorar las posibles causas reversibles y ofrecer consejos prácticos para su manejo.

¿Qué es la incontinencia urinaria?

La incontinencia urinaria es la pérdida involuntaria de orina. Puede variar desde pequeñas fugas hasta una pérdida más significativa de control sobre la vejiga. Esta condición no solo afecta la calidad de vida de quienes la padecen, sino que también puede ser una fuente de estrés y preocupación para las personas cuidadoras. En el contexto de la demencia, la incontinencia urinaria puede complicarse debido a los síntomas cognitivos y conductuales asociados a la enfermedad.

La incontinencia puede clasificarse en varios tipos:

  1. Incontinencia de esfuerzo: ocurre cuando hay una presión repentina sobre la vejiga, como al toser, estornudar, reír o levantar objetos pesados.
  2. Incontinencia de urgencia: se caracteriza por una necesidad repentina y urgente de orinar, seguida de una pérdida involuntaria de orina.
  3. Incontinencia por rebosamiento: se produce cuando la vejiga no se vacía completamente, lo que lleva a fugas frecuentes o goteo.
  4. Incontinencia funcional: ocurre cuando una persona no puede llegar al baño a tiempo debido a problemas físicos o mentales, o no es consciente de la necesidad de orinar. Es lo que les sucede habitualmente a las personas con demencia que, debido a la alteración cognitiva, no procesan adecuadamente las señales de llenado de vejiga y no responden a la necesidad de ir al baño.

Posibles causas reversibles de la incontinencia urinaria

Es fundamental no asumir automáticamente que la incontinencia urinaria es una consecuencia directa de la demencia. Existen varias causas reversibles que pueden ser tratadas para mejorar o resolver este problema. Identificar y abordar estas causas es esencial para un manejo efectivo de la incontinencia urinaria.

Infección urinaria

Las infecciones del tracto urinario (ITU) son una causa común de incontinencia. Las ITU pueden irritar la vejiga y aumentar la urgencia urinaria, provocando episodios de incontinencia. Los síntomas incluyen dolor al orinar, necesidad frecuente de orinar y orina turbia. 

El tratamiento generalmente implica antibióticos y aumento de la ingesta de líquidos para ayudar a eliminar la infección. Una ITU puede ser causa de una alteración de la conducta en una persona con demencia ante dificultad para comunicar su malestar e, incluso, subyacer a un síndrome confusional

Glándula prostática agrandada

En los hombres, una próstata agrandada puede obstruir el flujo de orina, lo que lleva a una micción frecuente y dificultades para vaciar la vejiga por completo. Este problema es común en hombres mayores y puede tratarse con medicamentos o, en algunos casos, con una cirugía para reducir el tamaño de la próstata y así aliviar los síntomas.

Deshidratación

La ingesta insuficiente de líquidos puede provocar una orina más concentrada, lo que irrita la vejiga y aumenta la urgencia urinaria. Asegurarse de que la persona beba suficiente agua a lo largo del día puede ayudar a reducir los episodios de incontinencia.

Diabetes no tratada

Los niveles elevados de glucosa en la sangre pueden aumentar la producción de orina, lo que puede conducir a la incontinencia. Controlar adecuadamente la diabetes mediante la dieta, el ejercicio físico y la medicación puede ayudar a minimizar este problema.

Consumo excesivo de diuréticos

Los diuréticos, a menudo utilizados para tratar la hipertensión y otros problemas de salud, aumentan la producción de orina. Si se toman en exceso, pueden provocar incontinencia. Consultar con el equipo médico de referencia sobre la dosis adecuada y el horario de administración puede ayudar a manejar este efecto secundario.

Consumo excesivo de cafeína

La cafeína es un diurético natural que puede irritar la vejiga y aumentar la necesidad de orinar. Reducir el consumo de bebidas con cafeína, como café, té y refrescos, puede disminuir la frecuencia de la incontinencia.

Medicamentos que dificultan retener la orina

Algunos medicamentos, como los sedantes y los antidepresivos, pueden afectar la capacidad de la vejiga para retener la orina. Revisar los medicamentos en la consulta médica y considerar alternativas, si es posible, puede ser una estrategia efectiva para manejar la incontinencia.

Consejos para el manejo de la incontinencia urinaria en una persona con demencia

El manejo de la incontinencia urinaria en personas con demencia requiere una combinación de estrategias prácticas y una actitud empática y comprensiva por parte de las personas cuidadoras. Ofrecemos a continuación algunos consejos prácticos:

  1. Establecer una rutina de baño. Programar visitas regulares al baño, aproximadamente cada 2-3 horas, puede ayudar a reducir los episodios de incontinencia. Esta rutina ayuda a entrenar la vejiga y a minimizar la urgencia urinaria.
  2. Usar ropa fácil de quitar. Facilitar el acceso al baño usando ropa con cierres simples, como velcro o elásticos, puede disminuir la ansiedad y el número de episodios de incontinencia urinaria. 
  3. Controlar la ingesta de líquidos. Limitar la ingesta de líquidos antes de dormir y evitar bebidas con cafeína o alcohol puede reducir la incontinencia nocturna. Sin embargo, es importante mantener una hidratación adecuada durante el día.
  4. Crear un entorno seguro y accesible. Asegurarse de que el camino al baño esté libre de obstáculos y bien iluminado puede ayudar a evitar episodios de incontinencia urinaria. Colocar señales visuales que indiquen la dirección al baño es una estrategia de adaptación del entorno que puede ser útil para las personas con demencia. En este mismo sentido, es importante realizar algunas adaptaciones en el baño para facilitar su uso y accesibilidad, controlando aspectos como la altura del inodoro o elementos de sujeción para sentarse y levantarse con mayor facilidad. 
  5. Emplear productos de protección. Usar productos como protectores absorbentes y ropa interior especial puede ayudar a mantener la dignidad y la comodidad de la persona. Estos productos deben ser cambiados regularmente para prevenir irritaciones en la piel.
  6. Monitorizar la salud. Mantener un seguimiento de las afecciones de salud que pueden propiciar la incontinencia urinaria y consultar al equipo de atención sanitaria regularmente es muy importante. 
  7. Hacer ejercicios del suelo pélvico. Aunque comprender cómo realizarlos puede ser difícil para algunas personas con demencia, los ejercicios del suelo pélvico pueden fortalecer los músculos que controlan la micción. Consultar con profesionales de la fisioterapia especializados puede ser beneficioso.

La actitud de quien cuida ante la incontinencia urinaria de una persona con demencia

La actitud de las personas cuidadoras puede tener un impacto significativo en cómo la persona con demencia experimenta y maneja la incontinencia urinaria. A continuación, se presentan algunas estrategias para mantener una actitud positiva y de apoyo:

  1. Empatía y comprensión. Es fundamental abordar la incontinencia con paciencia y sin juzgar. La empatía ayuda a reducir el estrés y la vergüenza que la persona con demencia puede sentir. Mostrar comprensión y apoyo incondicional es clave para manejar esta situación de manera efectiva.
  2. Comunicación abierta. Hablar abiertamente sobre la incontinencia de manera calmada y respetuosa puede facilitar el manejo de la situación. Explicar los cambios y las estrategias de manejo de manera clara y sencilla puede ayudar a la persona con demencia a sentirse más cómoda y menos avergonzada.
  3. Crear un ambiente de apoyo. Fomentar un entorno donde la persona con demencia se sienta segura y comprendida es esencial. Esto incluye no solo un entorno físico adecuado, sino también un ambiente emocionalmente seguro donde la persona se sienta valorada y respetada.
  4. Reforzar la autonomía. Siempre que sea posible, permitir que la persona con demencia participe en su propio cuidado puede mejorar su autoestima y sentido de control. Esto puede incluir elegir su propia ropa, asistir en la selección de productos de protección o participar en la planificación de la rutina diaria.
  5. Formación continua. Las personas cuidadoras deben mantenerse informadas sobre las mejores prácticas para manejar la incontinencia y los cambios asociados con la demencia. Participar en talleres, grupos terapéuticos o de apoyo y consultar con profesionales de la salud puede proporcionar nuevas estrategias y un mayor entendimiento del problema.
  6. Mantener la calma y ser paciente. Esto es importante incluso en momentos de frustración. La paciencia y la tranquilidad pueden ayudar a reducir la ansiedad de la persona con demencia y facilitar un manejo más efectivo de la incontinencia.
  7. Buscar apoyo profesional. No dudar en buscar ayuda profesional si es necesario. Los profesionales del campo de la medicina, enfermería, fisioterapia o psicoterapia pueden ofrecer valiosos consejos y apoyo para manejar la incontinencia urinaria en personas con demencia.

 

En resumen, la incontinencia urinaria en personas con demencia es un desafío significativo, pero con comprensión, empatía y estrategias adecuadas, se puede mejorar notablemente la calidad de vida tanto de las personas afectadas como de las cuidadoras. Mantener una actitud positiva y de apoyo, junto con la implementación de consejos prácticos, puede hacer una gran diferencia en el manejo de esta condición.

 

Enlaces y referencias de interés

Categorías: Consejos y cuidados, Alzheimer y demencia

12.06.2024

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Acerca del autor

En la Fundación Pasqual Maragall investigamos la detección y prevención de la enfermedad de Alzheimer, promocionamos un envejecimiento saludable y trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y cuidadoras.

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