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¿En qué consiste y para qué se utiliza el test Mini-Mental?

3 min lectura
25 noviembre, 2021
Índice de contenidos

    El test conocido como Mini-Mental es la prueba de cribado cognitivo más utilizada para evaluar la sospecha de síntomas compatibles con el deterioro cognitivo o la demencia. Probablemente, la hemos visto administrar alguna vez en la consulta médica o neuropsicológica a algún pariente (o a nosotros mismos), ante la presencia de quejas o sospechas de problemas de memoria o de otras funciones cognitivas. En este artículo explicamos en qué consiste esta prueba y cuál es su utilidad en el diagnóstico.

    Origen del test Mini-Mental

    El test original, publicado en una revista científica en 1975, se llama Mini-Mental State Examination (MMSE), cuyo primer autor principal es el Dr. Marshal Folstein. Por esta razón, se le suele denominar “el Mini-Mental de Folstein”. Unos años después, en 1979, el Dr. Antonio Lobo publicó una versión adaptada y validada en España, a la que llamó Mini-Examen Cognoscitivo (MEC). Ambas versiones han sido objeto de múltiples estudios y revisiones. 

    La versión original de Folstein es la más empleada en el entorno de investigación, ya que permite comparaciones a nivel internacional. Existen adaptaciones y validaciones en muchos países y en distintos idiomas, contando con baremos de corrección necesarios dada la influencia de la edad y la escolaridad en los resultados. 

    Es una prueba de administración rápida y sencilla para profesionales y no está pensada para ser autoadministrada ni para realizarla a un familiar cuya memoria nos preocupe, puesto que su aplicación e interpretación requiere de un conocimiento específico. Ante la sospecha de señales de alerta de problemas de memoria o de un posible deterioro cognitivo, siempre se debe solicitar una consulta con el profesional médico de referencia. 

    ¿En qué consiste el test Mini-Mental?

    El test Mini-Mental comprende una serie de preguntas y la realización de algunas acciones por parte de la persona evaluada. Sus resultados permiten tener una valoración de cribado o despistaje de su estado cognitivo en distintas áreas que se pueden relacionar con diferentes síntomas cognitivos, que en el MMSE son los siguientes:

    • Orientación temporal y espacial: se realizan algunas preguntas acerca del día y el lugar en el que nos encontramos en ese momento. 
    • Memoria inmediata y retención: para su evaluación se emplea la repetición y recuerdo de tres palabras. Como un apunte curioso, el título de la película documental sobre Pasqual Maragall “Bicicleta, cuchara, manzana” son las palabras empleadas en una de las versiones españolas de esta prueba.
    • Concentración y memoria de trabajo: se realiza una actividad de cálculo mental o, alternativamente, en algunas versiones se emplea una de deletreo inverso de una palabra.
    • Lenguaje: se solicita a la persona evaluada la repetición de una frase sencilla, la realización de una orden escrita y una verbal, la escritura de una frase y la denominación de un par de objetos. 
    • Praxis constructiva gráfica: requiere de la copia de un dibujo geométrico. 

    El MMSE original cuenta con un rango de puntuación de 0 a 30, mientras que el MEC tiene dos versiones, una de 35 puntos y otra más actual, de 30 puntos, para facilitar la comparabilidad con su antecesor. Aunque se puede oír hablar de puntos de corte para la detección de demencia, en sí misma, la puntuación del Mini-Mental no es determinante de nada. La interpretación del resultado de esta prueba la debe realizar un profesional, puesto que se deben considerar diversos factores clínicos y sociodemográficos. 

     

    ¿Qué utilidad tiene el test Mini-Mental? 

    Una de las principales ventajas del test Mini-Mental es que, con un tiempo de administración de entre 5 y 10 minutos, permite obtener de forma rápida una primera estimación del estado cognitivo de la persona evaluada o, a veces, realizar un seguimiento general de su evolución. Es una prueba de cribado y, en ningún caso, se puede realizar ningún diagnóstico solo con ella. 

    El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer, como el de cualquier otro tipo de demencia, requiere de distintas visitas médicas y pruebas complementarias. A partir de los resultados en el test Mini-Mental y de la información recogida durante la visita, el profesional sanitario valorará la idoneidad de realizar pruebas complementarias o una evaluación neuropsicológica para conocer con mayor precisión el grado y extensión de una posible afectación cognitiva.

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