Dificultades en la ingesta de alimentos que impactan en la nutrición de una persona con Alzheimer
Las personas con enfermedad de Alzheimer pueden presentar dificultades para la ingesta de alimentos y, en consecuencia, su correcta nutrición. Algunos de los más comunes son:
- Sequedad bucal.
- Alteraciones en la masticación o deglución.
- Anorexia (falta de apetito).
- Disminución de la percepción de los olores.
- Alteración o deterioro del gusto.
Además, debido a la propia pérdida de memoria, si no cuenta con una estrecha supervisión, es habitual que la persona con Alzheimer caiga en la monotonía de llevar una alimentación poco variada, repetir muchas comidas u olvidarse de comer. Desde las fases iniciales de la enfermedad, es frecuente que las personas afectadas bajen de peso de forma significativa y no intencionada.
Por todo ello, las recomendaciones de nutrición para las personas con Alzheimer suelen ir enfocadas a asegurar un aporte calórico y nutricional adecuado para evitar la pérdida de peso y prevenir la desnutrición, la cual está asociada a un aumento del deterioro funcional. No obstante, por los problemas físicos y de salud que puede conllevar, también es recomendable evitar el exceso de peso en esta población.
Es importante individualizar y tener en cuenta las condiciones médicas en cada caso, especialmente la presencia de otras patologías como colesterol, diabetes o hipertensión.
Recomendaciones para la nutrición de una persona con Alzheimer
La dietista-nutricionista Silvia Cardona propone algunos consejos básicos para favorecer la adecuada nutrición de una persona con Alzheimer:
- Durante las comidas, es importante tener la espalda recta y mantener una postura correcta que facilite la ingesta.
- Planificar las ingestas y respetar los horarios de las comidas.
- Realizar tentempiés entre las comidas principales, por ejemplo, a media mañana, media tarde o recena. Hay que procurar, no obstante, que la última ingesta del día sea ligera y no muy próxima a la hora de acostarse, para tratar de favorecer la conciliación del sueño.
- Comer sin prisas en un ambiente relajado y sin distracciones.
- Escoger alimentos sencillos, fáciles de preparar, masticar y tragar. Dentro de lo posible, priorizar aquellos alimentos que le gusten a la persona con Alzheimer y ofrecérselos en distintas preparaciones (al horno, cocidos, en guiso…) para minimizar la monotonía.
- Preparar platos con alta densidad nutricional y poco volumen. Es decir, que, sin verse copiosos, sean nutritivamente ricos, como el salmón, las setas o el huevo. Se pueden enriquecer las elaboraciones con queso rallado, aceite de oliva, frutos secos picados, huevo duro rallado, jamón picado, leche en polvo, etc.
- Servir en el plato la cantidad justa de comida que se espere que la persona vaya a consumir. Es fácil que muestre rechazo ante una gran ración de comida.
- Comprobar la temperatura de la comida antes de ofrecerla a la persona con demencia.
- Usar suplementos nutricionales si es necesario y así ha sido indicado por el médico de referencia.
- Beber suficiente agua a lo largo del día para alcanzar las necesidades de líquido y minimizar el riesgo de deshidratación.
Platos saludables para la nutrición de una persona con Alzheimer
Algunos platos pueden ser particularmente adecuados para promover una nutrición saludable para personas con Alzheimer y pueden contribuir a minimizar situaciones en las que muestren resistencia a comer. Pensando en ello, ofrecemos a continuación tres platos idóneos y sus recetas para distintas situaciones que frecuentemente, y en distintas fases de la enfermedad, presentan las personas con Alzheimer u otro tipo de demencia.
Brochetas de pollo y verduras
Este es un plato para combatir la pérdida de apetito frecuente en el Alzheimer y en otras formas de demencia, es imprescindible cuidar la presentación de los platos y usar la creatividad. Caer en la monotonía de servir los alimentos siempre de la misma forma puede propiciar la pérdida de interés por comer. En cambio, si variamos el formato, la preparación culinaria o incluso la vajilla, puede ayudar a que el plato resulte más atractivo y, así, aumentar la ingesta. En vez de ofrecer el filete de pollo o de carne siempre a la plancha, podemos ir variando el formato y dar la proteína en forma de hamburguesa, en un pastel salado tipo quiche o, como en la receta que aquí se propone, en forma de brochetas.
El hecho de condimentar con especias y hierbas aromáticas o acompañar las brochetas con una salsa (por ejemplo, de yogur y menta) hace que sea una propuesta más palatable, atractiva y aromática que ayudará a despertar el hambre.
Este plato es perfecto tanto para comida como para cenas, ya que aporta proteína de alto valor biológico y vegetales ricos en fibra, vitaminas y minerales. Puede acompañarse con una ración de carbohidratos como unas rodajas de pan o una patata al horno.
Lasaña de carne
Se trata de un plato rico en nutrientes y vitaminas que puede ayudar a combatir la posible pérdida de peso, en una consistencia que facilita la masticación y deglución. Aporta hidratos de carbono, proteínas y grasas. Cuenta con alimentos de alta densidad nutricional y calórica. No obstante, no ocupa mucho volumen y es un plato único muy completo, ideal para personas con Alzheimer u otra demencia que tengan poco apetito y necesiten mantener o aumentar de peso.
Crema de quinoa, merluza y calabaza
Una receta de fácil ingesta para aquellas personas que tengan problemas de deglución, como la disfagia, que suele presentarse en fases avanzadas de la enfermedad de Alzheimer o de otras formas de demencia. En estos casos, la dieta deberá adaptarse en función de la tolerancia de la persona enferma y deberá ser seguida por un profesional sanitario experto. La adición de suplementos nutricionales puede ser necesaria.
Es sabido que la enfermedad de Alzheimer puede condicionar la adecuada nutrición de quien la padece y los déficits nutricionales pueden conllevar un empeoramiento del deterioro cognitivo. Por eso, es fundamental cuidar su alimentación y velar por el seguimiento de una dieta equilibrada y suficiente.
Silvia Cardona
Dietista-nutricionista