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Hablemos del Alzheimer
El blog de la Fundación Pasqual Maragall
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Deambulación y búsqueda de objetos en personas con Alzheimer


Entre los diversos síntomas de la enfermedad de Alzheimer, a menudo pueden aparecer conductas que no siempre son fáciles de manejar y que pueden interferir en la realización fluida de las actividades cotidianas. Estas conductas suelen generar estrés y angustia en las personas cuidadoras y en quienes rodean a la persona con Alzheimer. Veremos dos ejemplos: la deambulación y la búsqueda o cambio de lugar de objetos.

Deambulación sin razón aparente

Uno de los síntomas cognitivos de la enfermedad de Alzheimer es la desorientación. La necesidad de encontrar referentes para poder ubicarse, puede llevar a la persona afectada a desarrollar conductas como la deambulación sin propósito o destino aparente

Detrás de esta conducta, suele haber un motivo, aunque normalmente no son evidentes para las personas cuidadoras o del entorno. Por eso, es imprescindible buscar pistas que puedan aclarar qué provoca ese deambular. 

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Posibles motivos de la deambulación

  • Por aburrimiento. Puede que la persona esté aburrida y sienta la necesidad de ocupar su tiempo en algo, pero que le falte un motivo concreto. 
  • Por seguir un patrón del pasado. A causa de su confusión, puede pensar que tiene que realizar alguna actividad que había sido habitual o rutinaria en otros momentos de su vida, como salir a trabajar o ir a hacer la compra, y con ese objetivo se pone en marcha.
  • Por sentir miedo o temor. Tal vez la persona se encuentre asustada porque no comprende lo que está sucediendo a su alrededor o dónde se encuentra.
  • Por malestar. La deambulación frecuente e inquieta puede ser también una señal de no encontrarse bien, ya sea por algún trastorno o por incomodidad ante circunstancias del entorno, como la temperatura ambiental. Asimismo, un entorno ruidoso o con varias personas hablando a la vez puede ser motivo suficiente para generar estrés en la persona con Alzheimer y que le incite a irse de ese espacio. 

¿Es peligrosa la deambulación? 

Si la persona se encuentra en un ambiente seguro, como el hogar, el hecho de que deambule no entraña ningún riesgo si se toman las medidas de seguridad oportunas. No obstante, puede ser peligroso si en el entorno hay elementos de riesgo por no estar convenientemente adaptado a los condicionantes de la enfermedad.  

No siempre será posible evitar que la persona con Alzheimer deambule, por lo que es necesario velar por la seguridad y adaptar el entorno en la medida de lo posible, pero sin caer en un extremo restrictivo que limite un cuidado basado en el respeto a la dignidad de la persona:

  • Limitar el espacio por el que la persona pueda moverse.
  • Eliminar objetos que puedan propiciar caídas o golpes.
  • Iluminar zonas oscuras.
  • Evitar o hacer accesibles las escaleras.
  • Asegurarse de que no pueda salir de casa fácilmente en un momento de despiste nuestro.
  • Tratar de descubrir las causas que provocan la deambulación e intentar encontrar soluciones que la minimicen.

¿Y si la persona con Alzheimer se pierde en la calle?

Si la conducta de deambulación se da en el entorno exterior, en la calle, la persona puede correr el riesgo de perderse. Como explicamos en otro artículo sobre la desorientación espacial, es importante tomar algunas precauciones si la persona con Alzheimer sale sola. Listamos aquí, de forma resumida, algunos de estos consejos, más detallados en el artículo indicado:

  • Procurar que lleve encima anotaciones que le permitan recordar a dónde va, datos de identificación personal, o su propia dirección o un teléfono de contacto para facilitar la ayuda de otras personas en caso de que no sepa cómo volver a casa.   
  • Recurrir a sistemas de geolocalización. Dispositivos que integren el sistema gps, como pulseras electrónicas, relojes o teléfonos inteligentes son un gran aliado para facilitar encontrar a la persona en caso de que se desconozca su paradero. Algunas entidades, como Cruz Roja (ver abajo, en enlaces de interés) ofrecen dispositivos y apoyo para este tipo de situaciones. 

¿Cómo minimizar la deambulación sin motivo aparente o disminuir posibles riesgos?

Algunas posibles soluciones pueden ser: 

  • Proponer la realización de alguna actividad que entretenga a la persona.
  • Asegurarse de que sus necesidades básicas están atendidas; por ejemplo, que no siente hambre, sed o quiere ir al baño. 
  • Tratar de minimizar la desorientación en el entorno. Puede ser de gran ayuda que haya estímulos claramente visibles que le ayuden a identificar que está en un espacio familiar (su cojín favorito en la cama, una manta que use frecuentemente en el sofá, fotografías familiares en el dormitorio o en el salón…). 
  • Procurar averiguar si está buscando a alguien. Si parece que lo que le induce a deambular es la búsqueda de una persona en concreto, puede ayudar el hecho de intentar averiguar de quién se trata y, si es alguien accesible, llamarla o buscar algún momento cercano para ir a verla. Si, en cambio, está buscando a algún ser querido ya fallecido o que vive muy lejos, tal vez podemos enseñarle alguna fotografía y hablar de buenos momentos pasados con esa persona para, sutilmente, ir desviando la atención hacia otra actividad. 
  • Reconducir la situación de reproducción de rutinas pasadas. En el caso de que parezca deambular como consecuencia de que intente reproducir rutinas cotidianas del pasado (como prepararse para ir a trabajar), es aconsejable reconducir afablemente a la persona a las rutinas del momento actual, sin evitar, si eso la tranquiliza, conversar sobre aspectos relacionados con el trabajo que realizaba.

Buscar objetos y revolver cajones

Es frecuente que una persona con Alzheimer empiece a rebuscar y revolver en los cajones, los armarios y lugares donde hay cosas guardadas. También puede suceder que coloque algunas cosas en lugares atípicos (por ejemplo, una prenda de ropa en la nevera).

Se trata de un comportamiento disruptivo que, además de molesto, puede llegar a resultar peligroso. En muchos casos, detrás de estos comportamientos puede haber una razón y, si sabemos cuál es, podemos tratar de ponerle solución. Quizá la persona está buscando algo aunque ya no sea capaz de expresar qué es, o puede que se encuentre aburrida y sienta necesidad de sentirse ocupada. 

Se ofrecen, a continuación, algunas ideas para disminuir conductas de este tipo o evitar que puedan entrañar dificultades:

  • Velar por la seguridad o disminución de afectación negativa. Es importante evitar que, en esas búsquedas, pueda verse perjudicada la persona con Alzheimer u otras. Así, podemos guardar bajo llave productos tóxicos o peligrosos, esconder de la vista el cubo de la basura (para evitar que rebusque allí o pueda tirar cosas útiles o de valor), poner a buen recaudo documentación importante, joyas, dispositivos tecnológicos, llaves… Si descubrimos ciertos lugares donde acostumbra a dejar los objetos, habrá que revisar esos lugares regularmente y devolverlos a su lugar cuando no nos vea. 
  • Generar un espacio confortable para canalizar este tipo de conducta. Podemos ofrecerle un espacio determinado en el que, tranquilamente, pueda colocar cosas y revolver lo que allí se encuentre, como una cajonera o una caja en la que pueda encontrar diversidad de objetos. Una actividad que puede cumplir este objetivo, a la vez que favorezca la reminiscencia y la evocación de emociones agradables, puede ser contar con una “Caja de los recuerdos”
  • Implicar a la persona en tareas que fomenten su sentido de utilidad y canalicen la necesidad de hacer cosas. Podemos pedirle que nos ayude en alguna tarea, como doblar ropa, ordenar un cajón, de forma que se sienta útil y parte activa de su entorno. Por otro lado, proporcionarle alguna actividad que le resulte entretenida y conlleve un resultado de su labor, como manualidades, dibujar o cualquier actividad que le resulte atractiva, puede ser una fuente de satisfacción y canalización de la necesidad de hacer cosas. Recordemos también que las actividades de psicomotricidad, además, favorecen la movilidad del cuerpo, algo fundamental para el bienestar

En definitiva, la deambulación y la búsqueda incesante de objetos son comportamientos habituales en personas con la enfermedad de Alzheimer. Ante estas actitudes, es necesario velar por la seguridad de la persona y comprender el motivo que las origina para intentar reconducirlas.

Enlaces de interés

Cruz Roja. LOPE. Localizador de personas

 

Publicado originalmente el 9 de octubre de 2019, actualizado el 2 de mayo de 2024.

Categorías: Consejos y cuidados

02.05.2024

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Acerca del autor

En la Fundación Pasqual Maragall investigamos la detección y prevención de la enfermedad de Alzheimer, promocionamos un envejecimiento saludable y trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y cuidadoras.

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