Las demencias como reto político: España en el semáforo europeo
¿Cuál es la situación de las demencias en España en comparación con sus vecinos europeos? ¿Qué países han apostado más por su investigación? ¿Qué carencias presentan los diferentes sistemas asistenciales? Estas son algunas de las preguntas que podemos abordar a partir del informe European Dementia Monitor 2020, publicado por Alzheimer Europe, entidad que agrupa a las asociaciones de familiares de personas con Alzheimer de toda Europa. Los indicadores aportados por estas entidades permiten sacar algunas conclusiones sobre los puntos fuertes y las deficiencias en las políticas contra las demencias en los diferentes países europeos.
Como ya hizo en 2017, Alzheimer Europe ha analizado políticas y servicios en 36 Estados y regiones de Europa respecto a las demencias, que afectan ya a 9,8 millones de personas en el continente. Su objetivo, además de facilitar una comparativa entre países, es identificar deficiencias y líneas de mejora en los frentes estratégicos asistencial, científico, político y jurídico.
Una oferta de servicios limitada
El informe repasa la disponibilidad y accesibilidad de los servicios asistenciales para personas afectadas y cuidadoras. La oferta de cuidados varía enormemente entre los diferentes países. España se sitúa en la parte media del ranking. Aunque en servicios como atención domiciliaria o grupos de apoyo para afectados y personas cuidadoras nuestro país saca buena nota, Alzheimer Europe califica como insuficiente la disponibilidad de centros de día, residencias o unidades de respiro, tan importantes para aligerar la carga de quienes cuidan.
Además, en cuanto a financiación de esos servicios, el desglose apunta que la cartera de servicios pública en España está muy lejos de las prestaciones que ofrecen administraciones como la noruega o la sueca. Mientras estos países cubren de manera universal la mayoría de servicios, en España gran parte de ellos se financian, en parte o totalmente, de forma privada.
España, la más involucrada en las colaboraciones científicas europeas
En el ámbito científico, el estudio arroja buenos resultados sobre España como socio de investigación. Nuestro país obtiene la mayor puntuación en contribución a las iniciativas de la UE sobre demencias, como el JPND o Act on Dementia. Además, es el que participa en más ensayos clínicos para encontrar tratamientos para el Alzheimer. España ha aportado voluntarios a 4 de los 6 ensayos clínicos europeos que se encuentran en fase 3 (la última antes de la comercialización del fármaco). En cambio, en hasta 17 países no ha habido reclutamiento para ninguno de esos ensayos.
Por otro lado, el informe mide también la accesibilidad a algunas de las medicinas recomendadas para el tratamiento del Alzheimer: la memantina, el donepezilo, la galantamina y la rivastigmina. Estos fármacos, que alivian los síntomas aunque no frenan el avance de la enfermedad, quedan cubiertos totalmente por la sanidad pública en España, igual que en buena parte de nuestros vecinos. Resulta sorprendente el caso de Francia que en 2018 decidió dejar de financiar tales productos.
Las estrategias contra la demencia, ¿prioridad o papel mojado?
El estudio también se fija en la consideración política de la enfermedad. Alzheimer Europe celebra que un mayor número de países (27 de 36), entre ellos España, hayan adoptado estrategias nacionales frente a las demencias. Sin embargo, hasta 17 de ellos, como es el caso de España, no han dotado tales programas de un presupuesto para implementarlos. Además, el informe lista los 15 países en los que el Alzheimer está reconocido como una prioridad en la investigación científica, entre los cuales no figura España.
El ranking europeo
Este multidimensional análisis se cierra con un ranking general, a partir de una media de las 10 categorías evaluadas. En él, España figura entre los países con mejor puntuación, solo por debajo de Suecia, Reino Unido (Escocia y Inglaterra), Bélgica (Valonia) y Dinamarca. Por último, cabe mencionar que la fotografía del continente evidencia unos resultados más pobres entre los países de Europa central y del este con respecto a sus homólogos del norte y el oeste.
Con esta radiografía de la situación actual Alzheimer Europe reconoce que, aunque se han producido algunas tímidas mejoras en la disponibilidad y acceso a los cuidados en los últimos años, la disponibilidad a muchos servicios aún es claramente insuficiente y queda mucho trabajo por hacer para trasladar los compromisos políticos a la realidad diaria que viven las personas afectadas y sus familias.
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