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¿Qué son y en qué consisten los test de memoria?

3 min lectura
11 junio, 2021
Índice de contenidos

    La memoria constituye un conjunto de procesos cognitivos que nos permiten aprender, retener, manipular, guardar y recuperar información a corto y largo plazo. Para evaluarla, se emplean test de memoria.

    Esta capacidad puede clasificarse en múltiples tipos en función de la información que procesamos (verbal, visual); de lo automatizado o no que esté el contenido del aprendizaje (las habilidades adquiridas se tornan en memorias implícitas: escribir, dibujar, tocar un instrumento… Mientras que otras memorias son explícitas y nos podemos referir al contenido de ellas conscientemente: describir hechos, aportar datos que constituyen nuestra identidad o autobiografía, acceder a nuestro conocimiento académico…); y la cantidad de tiempo que transcurre en recuperar dicha información (inmediatamente, a corto, o a largo plazo).

    La alteración de la memoria reciente: uno de los primeros síntomas del Alzheimer

    Para un óptimo funcionamiento de la memoria explícita es necesaria la participación del lóbulo temporal y de diversas de sus áreas, principalmente el hipocampo y sus conexiones con la corteza prefrontal. La formación hipocámpica juega un papel fundamental en el registro  y la consolidación de nueva información para su posterior almacenamiento distribuido en la extensa red neuronal que constituye la corteza cerebral. La degeneración del hipocampo es, pues, clave en el declive de la memoria reciente, necesaria para aprender y adquirir nueva información.

    La evaluación de la memoria está especialmente indicada en la detección del deterioro cognitivo leve y de la enfermedad de Alzheimer. La alteración de la memoria reciente es un síntoma cognitivo primordial y detectable en fases iniciales del Alzheimer, pues su pérdida progresiva es mayor que la que se observa en el envejecimiento normal.

    Por tanto, será conveniente acudir al especialista para la realización de una exploración cognitiva cuando, sea en nosotros mismos o en un ser querido,  observemos de forma regular dificultades para:

    • Retener y recordar nueva información.
    • Evocar palabras y nombres durante una conversación.
    • Recordar o reconocer a personas que hemos conocido recientemente.
    • Mantener la orientación, sea en tiempo o en espacio.

    Existen test de memoria diversos, según el tipo de memoria a evaluar

    Los test de memoria constituyen una parte fundamental de la evaluación neuropsicológica, entre cuyos objetivos están:

    • Explorar y detectar la presencia de alteración o deterioro de la memoria y del resto de capacidades cognitivas de la persona evaluada.
    • Realizar el seguimiento de su estado cognitivo a lo largo del tiempo.
    • Ayudar a planificar un programa de rehabilitación o de estimulación cognitiva. 

    En una evaluación neuropsicológica se emplean test de cribado para tener una primera impresión del estado cognitivo de la persona evaluada. Si el profesional lo considera necesario, realizará una exploración más completa, en la que los test de memoria son fundamentales. 

    La selección de los test de memoria dependerá de los síntomas observados o los reportados, bien por la persona afectada o por su acompañante, así como de la posible enfermedad subyacente. Estos test miden el rendimiento en memoria mediante tareas de diversa complejidad que implican memorizar información verbal o visual (listas de palabras, pequeños textos, series de imágenes, o localizaciones en el espacio, entre otras), que posteriormente deberá ser recordada o reconocida de entre un grupo más amplio de elementos una vez transcurrido un cierto período de tiempo. 

    Con el uso de los test de memoria se pretende evaluar la capacidad de la persona para aprender, retener y recordar información a corto y medio plazo (normalmente, desde segundos a 30 minutos después de haber sido presentada la información para su recuerdo). Las tareas requeridas suelen realizarse de forma oral respondiendo a las preguntas formuladas por el evaluador, pero también pueden realizarse mediante lápiz y papel u ordenador. No hace falta ningún tipo de preparación especial con anterioridad a la realización de estos test. 

    Para valorar la presencia de alteraciones memoria, se comparan los resultados obtenidos en los diferentes test administrados con el rendimiento obtenido en estas mismas pruebas por una amplia muestra de personas sanas, es decir sin alteraciones cognitivas, con una edad y nivel educativo similar a la de la persona evaluada, y en base a otras posibles variables. Los resultados de esta muestra de población sana sirven para caracterizar los valores de referencia de la normalidad psicométrica. 

    Utilidad de los resultados de los test de memoria

    El resultado de los test de memoria, junto con el resto de la evaluación neuropsicológica y pruebas complementarias, será de gran utilidad para orientar el diagnóstico. Cabe recordar que el diagnóstico de la causa que subyace a la pérdida de memoria, así como la gravedad del cuadro clínico, se determinan a partir del resultado de la integración de todos los datos obtenidos en las diferentes exploraciones realizadas por el equipo especialista. Los test de memoria y la exploración neuropsicológica completa, por sí solos, no son suficientes para responder a estas cuestiones.

    Ante la presencia de deterioro de la memoria, y una vez definida la enfermedad subyacente, el médico especialista indicará el tratamiento más adecuado. Entre otras cosas, puede valorar la posibilidad de implementar un programa de rehabilitación o de estimulación para minimizar el impacto de esta pérdida en la persona afectada y preservar lo máximo posible su autonomía. 

    Este tipo de programas se orientan a tratar de compensar la pérdida de memoria, entrenando a la persona afectada en el uso de estrategias y ayudas externas (agendas, calendarios, listas, pistas) que le permitan recuperar información útil para su funcionamiento en el día a día. En fases más avanzadas de deterioro, también se estimulará el recuerdo de su propia identidad, como, por ejemplo, acontecimientos e información relevante de su vida.

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