¿Cómo se puede diagnosticar el Alzheimer precoz?
Los síntomas del Alzheimer prematuro son, esencialmente, los característicos de la enfermedad de Alzheimer, aunque, por la edad y momento vital en que se manifiestan, resultan aún más desconcertantes y el impacto en el día a día puede ser aún mayor.
Precisamente por no ser frecuente, el diagnóstico de Alzheimer de inicio precoz puede resultar un proceso largo y complejo. Los síntomas pueden ser diferentes de una persona a otra y, en un inicio, pueden llegar a atribuirse a efectos secundarios de otras situaciones, como el estrés.
Es fundamental realizar un estudio médico completo para descartar otras causas, disponer de un tratamiento adecuado y poder tomar, en las fases iniciales, decisiones importantes sobre cuestiones profesionales, financieras, legales o familiares.
¿Por qué aparece a una edad temprana?
Cuando se trata de la forma más frecuente de Alzheimer, el llamado Alzheimer esporádico, se desconocen las causas que originan su aparición temprana. Se considera que su origen es multifactorial, es decir, que son diversos los factores que pueden entrar en juego.
Solamente un 1% de todos los casos de Alzheimer está genéticamente determinado. En estos casos, si la persona es portadora de una mutación en alguno de los genes relacionados con esta forma, desarrollará la enfermedad de Alzheimer de manera precoz.
Existe la posibilidad de realizar pruebas genéticas para comprobar si la persona es portadora de una mutación que pueda causar la enfermedad. Esta prueba solo está indicada en familias cuyo patrón pueda sugerir esta forma ‘familiar’ (básicamente, caracterizado por, al menos, tres casos en dos generaciones consecutivas y todos diagnosticados antes de los 60 años).
El especialista, en caso de sospecha de enfermedad de Alzheimer genéticamente determinada, puede plantear la posibilidad de que se lleve a cabo un test genético. Quienes decidan someterse a él deben hacerlo, no obstante, en el contexto de un programa de consejo genético, que les permita resolver dudas y conocer y valorar las ventajas y desventajas de disponer de esta información, a la vez que el equipo experto puede valorar la idoneidad de la realización en cada caso.
¿Cómo afrontar el Alzheimer prematuro?
El diagnóstico de enfermedad de Alzheimer precoz presenta retos específicos derivados del momento vital de la persona afectada, ya que es probable que esté profesionalmente activa, al igual que su pareja, que tenga hijos jóvenes (incluso menores) y progenitores en edad avanzada que requieran su atención. Las dificultades para llevar a cabo la actividad profesional o mantener el puesto de trabajo redundará en una pérdida de ingresos que puede mermar la economía familiar y precisar ajustes.
El diagnóstico de Alzheimer precoz afectará de forma directa a la pareja o el cónyuge, quien puede experimentar una sensación de pérdida y temor ante la perspectiva de la evolución de la enfermedad y de cómo afectará a ambos. La relación sentimental entre iguales dará paso a una relación basada en los cuidados y la atención hacia la otra persona, quien cada vez será más dependiente.
Es importante informarse sobre la enfermedad, abordar el tema abiertamente, buscar ayuda y, sobre todo, seguir realizando actividades juntos e introducir, progresivamente, las adaptaciones necesarias para disfrutar del tiempo compartido.
Consejos para afrontar el Alzheimer precoz:
- Con las oportunas adaptaciones se puede fomentar la autonomía de la persona afectada durante más tiempo y, adaptando las expectativas, podrá continuar disfrutando de muchas actividades en compañía de sus seres queridos.
- El cambio de roles en la pareja y aspectos como la sexualidad pueden ser complicados de gestionar, por lo que es aconsejable contar con asesoramiento profesional
- Si en la familia hay niños pequeños o adolescentes, hay que tener en cuenta que sus reacciones pueden ser muy diversas. Es importante explicarles lo que está sucediendo y hacerles partícipes, en la medida de lo posible, de los cambios y de las nuevas dinámicas.
- Se puede incluir la posibilidad de que en los niños y adolescentes de la familia recaigan también algunas nuevas responsabilidades (por ejemplo, acompañar al progenitor con Alzheimer, o incrementar su implicación en tareas domésticas). Pero, a la vez, se les debe proporcionar tiempo y espacio para encajar la nueva situación y brindarles la posibilidad de realizar preguntas, formular dudas y expresar temores.
Un diagnóstico de Alzheimer prematuro es una adversidad que implica dificultades y renuncias. No obstante, hay que dar cabida a una actitud positiva, aunque sea necesario un tiempo de asimilación.