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Alzheimer y Parkinson: ¿cuáles son sus semejanzas y diferencias?

3 min lectura
24 noviembre, 2023
Índice de contenidos

    El Alzheimer y el Parkinson son enfermedades distintas, pero ambas son neurodegenerativas. Esto significa que las alteraciones que se producen en los cerebros de las personas afectadas conllevan un deterioro y pérdida progresiva de neuronas.

    Asimismo, debido a su carácter neurodegenerativo, las dos enfermedades conducen a una pérdida progresiva de autonomía y, por tanto, a la dependencia de terceras personas. En ambos casos, la figura de la persona cuidadora es clave. Por esta razón, es preciso atender también a sus necesidades para disminuir los efectos de su labor diaria, como el síndrome del cuidador

    Además, aunque no sea muy frecuente, tampoco es excepcional que ambas enfermedades puedan presentarse conjuntamente, particularmente, en personas mayores. Sin embargo, a nivel neuropatológico y clínico, las diferencias entre Alzheimer y Parkinson son muchas. Vamos a conocerlas a continuación.

    Alzheimer y Parkinson: Inicio de las enfermedades y causas

    La enfermedad de Parkinson suele tener un inicio más precoz que la de Alzheimer. En la mayoría de casos, aparece entre los 50 y los 65 años, aunque puede aparecer antes o más tarde y, en pocos casos, incluso antes de los 40. 

    No se conoce la causa de ninguna de las dos enfermedades y se cree que su aparición se debe a la conjunción de diversos factores. En uno y otro caso se considera que existen factores de riesgo diversos, algunos no modificables y otros modificables, como explicamos en el artículo sobre cómo reducir los factores de riesgo de padecer Alzheimer.

    Alteraciones neuropatológicas y primeros síntomas del Alzheimer y Parkinson

    Las alteraciones neuropatológicas son aquellas que se producen en el cerebro. En ambas enfermedades son distintas.

    En la enfermedad de Alzheimer, principalmente, se produce una acumulación de las proteínas beta-amiloide y tau en el cerebro, que impide la comunicación entre neuronas y causa su muerte. En el Parkinson, la alteración neuropatológica más destacada es el depósito neuronal de la proteína alfa-sinucleina (α- sinucleina) en los llamados ‘cuerpos de Lewy’.

    Además de tratarse de acumulaciones anormales de proteínas distintas, también son diferentes las regiones particularmente afectadas. En la enfermedad de Alzheimer, la progresión de las alteraciones en el cerebro es, fundamentalmente, cortical, es decir, en las capas más externas del cerebro, mientras que en el Parkinson se dan en zonas más profundas, particularmente, una llamada “sustancia nigra”. Aquí se produce una destrucción progresiva de un tipo de neuronas (dopaminérgicas), encargadas de producir un neurotransmisor llamado dopamina.

    En el Alzheimer, el principal neurotransmisor afectado es la acetilcolina, ya que se afectan de manera precoz las neuronas encargadas de su producción. Cuando las alteraciones neurobiológicas son ya importantes en una estructura llamada hipocampo, aparecen los primeros síntomas cognitivos del Alzheimer, los conocidos problemas de memoria reciente.

    Entre los síntomas en las primeras fases del Alzheimer destacan:

    En el caso del Parkinson, los primeros síntomas son, principalmente, de tipo motor, como temblor, lentitud de movimientos o problemas al caminar. Se va perdiendo la capacidad de controlar los movimientos automáticos o involuntarios.

    Algunos síntomas del Parkinson son:

    • Lentitud para realizar algunos movimientos.
    • Temblor de reposo o rigidez.
    • Trastornos del sueño.
    • Trastornos del estado de ánimo.

    La demencia en el Alzheimer y el Parkinson

    La demencia es una consecuencia inevitable en la enfermedad de Alzheimer, pero no en la de Parkinson. En esta última puede aparecer, pero no siempre lo hace. 

    Es frecuente que quienes padecen Parkinson presenten algunas dificultades cognitivas, como un procesamiento más lento de la información o dificultades para recuperar información de la memoria

    Además, si la enfermedad de Parkinson desemboca en demencia, sus características son diferentes de la demencia producida por el Alzheimer. Los problemas de memoria se caracterizan más por un problema de recuperación por uno mismo de la información, pero con ayudas o distintas alternativas de respuesta, el rendimiento puede ser bueno. 

    También es más frecuente la aparición de síntomas neuropsiquiátricos, como la depresión, alucinaciones o delirios.

    La demencia asociada al Parkinson suele aparecer 10 o 15 años tras el diagnóstico de la enfermedad y, por tanto, de la aparición de los síntomas motores.

    Pérdida de autonomía y dependencia en el Alzheimer y el Parkinson

    Como hemos mencionado anteriormente, tanto en la enfermedad de Alzheimer como en el Parkinson se produce una pérdida progresiva de autonomía y, por lo tanto, aparece la dependencia de terceras personas. 

    Sin embargo, las necesidades de ayuda son diferentes: 

    • Las personas con Alzheimer precisan ayuda por los síntomas  cognitivos y conductuales que presentan, como las alteraciones de memoria, razonamiento y lenguaje, o por una acusada apatía.
    • Quienes padecen Parkinson requieren apoyo, básicamente, por problemas relacionados con la movilidad que dificultan su autonomía para, por ejemplo, caminar, vestirse o bañarse. 

    En el caso del Alzheimer no es necesaria la ayuda para funciones relacionadas con aspectos como vestirse o el aseo hasta fases avanzadas. Además, aparecen primero necesidades de supervisión y de progresiva ayuda directa para llevar a cabo las tareas.

    Por tanto, comprender cómo evolucionan el Alzheimer y el Parkinson y conocer sus características permite abordar de manera más efectiva estas enfermedades neurodegenerativas. De esta manera la calidad de vida tanto de las personas afectadas como de las personas cuidadoras puede mejorar significativamente. 

     

    Publicado originalmente el 27 de mayo de 2019, actualizado el 24 de noviembre de 2023.

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