La concepción actual del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, pues, contempla la existencia de una larga etapa en la que no hay síntomas, seguida por un deterioro cognitivo progresivo que acaba desembocando en una demencia, con la consecuente pérdida de autonomía de la persona afectada. Cuando aparecen los síntomas, el cerebro está ya muy dañado. Esta es una de las posibles razones por la que muchos de los fármacos que se han ensayado en personas enfermas no han sido capaces de revertir el deterioro cognitivo ni frenar su progresión, ya era demasiado tarde.
¿Pero estos fármacos serían efectivos si se administrasen en la fase preclínica, antes de la aparición de los síntomas, o cuando estos son muy leves? Es una de las preguntas a las que intentamos dar respuesta desde el Estudio Alfa de la Fundación Pasqual Maragall.
Avanzar en la prevención del Alzheimer: el Estudio Alfa
La prevención es un aspecto clave de la lucha contra el Alzheimer. De ahí que investigar la fase preclínica sea fundamental para conocer cómo se inicia la enfermedad y cómo evoluciona. Hay que detectar lo antes posible los primeros cambios, con el objetivo de poder desarrollar estrategias y tratamientos de prevención, que son tan necesarios para frenar la aparición de nuevos casos.
De hecho, si fuéramos capaces de retrasar cinco años la aparición de los síntomas, el número de personas afectadas por esta enfermedad podría reducirse un tercio. Por eso es tan importante la labor que realizan nuestros investigadores en el Estudio Alfa (Alzheimer y Familias), un proyecto, concebido como una infraestructura de investigación, que llevamos a cabo desde el BarcelonaBeta Brain Research Center (BBRC), centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, y que cuenta con el apoyo de la Obra Social “la Caixa”.
Los investigadores del Estudio Alfa ponen todo su empeño en entender la fase preclínica de la enfermedad. Esa en la que, como indicábamos al principio, no se manifiestan síntomas. Trabajan para conocer mejor cómo y cuándo se inicia el Alzheimer, cómo evoluciona y cuál es el mejor momento para actuar. Para disponer de más conocimiento de esta fase previa es necesario identificar los factores de riesgo y los indicadores biológicos que podrían incidir en el desarrollo de la enfermedad.
¿El objetivo? Conseguir prevenir su aparición y disponer de tratamientos que eviten que el Alzheimer evolucione.
Para conseguirlo es fundamental la colaboración de los voluntarios que participan. En el panorama mundial, el Estudio Alfa es uno de los estudios para avanzar en la detección precoz y la prevención del Alzheimer con mayor número de participantes sanos.
Casi 3.000 participantes
Son 2.743 adultos sanos, voluntarios, que tienen entre 45 y 75 años. Los participantes del Estudio Alfa realizan diversas visitas de exploración y recogida de datos. La mayoría son hijos o hijas de personas que padecen o han padecido Alzheimer. Sin ellos, investigar la prevención de esta enfermedad no sería posible.
Según las características concretas de cada uno de ellos y de las variables en estudio estos voluntarios participan en exhaustivas pruebas de cognición, de genética y de neuroimagen, entre otras. También se recaba información sobre su historia clínica y sus hábitos de vida. Para observar la evolución, estas pruebas se van repitiendo cada cierto tiempo y, previsiblemente, durante décadas.
El Estudio Alfa+, investigación de alta complejidad
Uno de los proyectos más importantes que llevamos a cabo en el contexto del Estudio Alfa es el Estudio Alfa+, en el que participan 500 de los voluntarios del Estudio Alfa. Pretende una descripción aún más detallada de los procesos biológicos que tienen lugar antes de la fase preclínica del Alzheimer y la identificación de factores de riesgo.
Se trata de una investigación de alta complejidad tecnológica, que incluye novedosos test cognitivos, avanzadas pruebas de neuroimagen, como el PET, y punciones lumbares. A través de estas pruebas se analiza la asociación entre marcadores funcionales cerebrales y otras variables estructurales, biológicas y cognitivas.
Nuevos fármacos para prevenir el Alzheimer
La Fundación Pasqual Maragall participa con un papel muy relevante en un consorcio europeo puntero en este ámbito de investigación: el estudio EPAD, siglas del European Prevention of Alzheimer’s Dementia. En el marco de este estudio se empezarán a testar fármacos que pudieran ser efectivos en los estados iniciales de la enfermedad. El objetivo de EPAD es poner en marcha ensayos clínicos de medicamentos que eviten o frenen la aparición de los síntomas antes de que sea demasiado tarde.
De los 6.000 voluntarios necesarios para llevar a cabo el estudio en toda Europa, 200 procederán de la cohorte de voluntarios de la Fundación Pasqual Maragall. De todos ellos, se prevé que 1.500 participarán en los ensayos clínicos de prevención que se lleven a cabo.