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¿Qué es la neuropsicología y en qué consiste una evaluación neuropsicológica?

6 min lectura
14 febrero, 2024
Índice de contenidos

    En el estudio, el diagnóstico, el seguimiento evolutivo y el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, así como de muchas otras afecciones y alteraciones cerebrales que se manifiestan con cambios en las capacidades cognitivas, en la conducta y en la pérdida de autonomía en la vida diaria, la neuropsicología juega un papel muy importante. 

    En este artículo veremos qué es la neuropsicología, qué profesionales la ejercen y qué métodos y pruebas se utilizan en esta disciplina, todo ello contextualizado en el estudio del deterioro cognitivo, característico en enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.

    ¿Qué es la neuropsicología?

    La neuropsicología es una disciplina científica que estudia la relación entre el cerebro y la conducta, teniendo aplicaciones tanto en la asistencia clínica como en la investigación. Combina conocimientos de la psicología y de la neurología para comprender cómo las funciones cerebrales afectan el funcionamiento cognitivo, emocional y conductual de una persona

    La neuropsicología se centra en investigar cómo las lesiones, trastornos o disfunciones cerebrales pueden influir en áreas específicas de las capacidades mentales superiores, como la memoria, el lenguaje, la atención o la capacidad de razonamiento y otras funciones cognitivas. Además, también pone el foco en cómo la función cerebral impacta en las emociones, el estado de ánimo y en la funcionalidad cotidiana, es decir, en la capacidad de llevar a cabo las actividades de la vida diaria. 

    ¿Quiénes son los profesionales de la neuropsicología?

    Los profesionales que se dedican a la neuropsicología son, en su mayoría, personas con formación universitaria reglada en psicología que luego han realizado una formación de posgrado, normalmente de maestría, en neuropsicología

    El ejercicio profesional de la neuropsicología precisa de un bagaje importante y específico de conocimientos teóricos y prácticos sobre el funcionamiento y la anatomía del cerebro. Requiere conocer en profundidad cómo funciona la cognición, es decir, en qué se basa y cómo se manifiestan capacidades como la memoria, el lenguaje, la atención, el razonamiento, las praxias o las gnosias, que son capacidades específicas relacionadas con la percepción y el reconocimiento de estímulos. 

    En este sentido, es necesario saber cómo se adquieren y se desarrollan todas estas capacidades con el desarrollo humano (desde el nacimiento hasta la vejez) y cómo se pueden ver afectadas por anomalías durante ese proceso o por distintas alteraciones, lesiones o enfermedades cerebrales.

    La especificidad de esta disciplina dentro de la psicología es indiscutible. Reflejo de ello es la existencia de diversas sociedades profesionales y científicas, secciones de trabajo integradas en sociedades, como la Sociedad Española de Neurología, y colegios oficiales de psicología que la avalan en nuestro país, tanto a nivel autonómico como nacional.

    ¿Qué es y qué se hace en una evaluación neuropsicológica?

    La evaluación neuropsicológica es un proceso dirigido por un profesional de la neuropsicología mediante el cual se examina el funcionamiento cognitivo, emocional y conductual de una persona con el fin de comprender el impacto de posibles disfunciones cerebrales o lesiones en su vida cotidiana. 

    El proceso comienza con una entrevista clínica detallada. 

    • Siempre que sea posible, es importante contar con información, aportada tanto por la persona afectada como por familiares o amistades cercanas, puesto que es clave recoger ambas perspectivas sobre el impacto de cualquier alteración en el funcionamiento cotidiano. 
    • Se recopila también información sobre la historia médica, antecedentes familiares, desarrollo, síntomas actuales y cualquier otra información que se pueda considerar relevante.

    Una vez que se ha recopilado la información, se realizará una serie de test o pruebas estandarizadas, diseñadas para evaluar diferentes áreas cognitivas, que pueden incluir medidas de inteligencia, memoria, atención, funciones ejecutivas, habilidades motoras, lenguaje y otras funciones específicas. 

    Para determinar objetivamente la presencia de alteraciones de memoria o de otras capacidades cognitivas, se comparan los resultados obtenidos en las diferentes pruebas administradas con el rendimiento obtenido en estas mismas pruebas por una amplia muestra de personas sin alteraciones cognitivas, con una edad y nivel educativo similar a la de la persona evaluada, y con base en otras posibles variables sociodemográficas que sirven de referencia de la llamada normalidad psicométrica.

    Durante la evaluación, se observa el comportamiento de la persona para identificar posibles dificultades en la ejecución de tareas específicas o aspectos emocionales y conductuales. A menudo, además de las pruebas cognitivas, también se administran escalas para la evaluación conductual o neuropsiquiátrica, así como para la evaluación funcional, es decir, una recogida sistematizada del impacto que las dificultades cognitivas puedan tener en el desempeño en actividades de la vida diaria. Para la recogida de los aspectos conductuales y funcionales, es clave la aportación de una persona allegada que conozca bien a quien se está evaluando y con la que tenga un contacto relativamente frecuente como para poder informar de cambios relevantes en el día a día.

    ¿Para qué sirve la evaluación neuropsicológica?

    La información recogida durante la evaluación neuropsicológica permite obtener algo así como un mapa de las fortalezas y debilidades en cuanto a las capacidades cognitivas de una persona en un momento dado. Esto tiene un alto valor para la orientación del diagnóstico de una afección neurológica como el Alzheimer, por ejemplo, junto con la percepción médica y los resultados de otro tipo de pruebas, como las técnicas de neuroimagen

    Además de la utilidad diagnóstica, la neuropsicología y sus métodos de evaluación suponen una base excelente desde la que guiar y recomendar intervenciones específicas, como programas de estimulación o de rehabilitación. Además, permiten realizar un seguimiento para evaluar la efectividad de las intervenciones recomendadas, del tratamiento farmacológico y, globalmente, de la evolución clínica de la enfermedad, o ayudar a determinar el grado de capacidad de la persona para la toma de decisiones de carácter legal o relativas a su propio cuidado. Por otro lado, la neuropsicología también es clave en la investigación sobre el desarrollo y el funcionamiento del cerebro. 

    En función del objetivo de la evaluación clínica, se puede recurrir a pruebas breves de cribado que pueden realizar distintos profesionales sanitarios con un adecuado entrenamiento, como el test Mini-Mental (que darán una orientación general del estado cognitivo, pero no permitirán profundizar en el detalle de funcionamiento de las distintas capacidades), o se solicitará una evaluación neuropsicológica extensa que requiere de la realización por parte de un profesional especialista en neuropsicología. 

    ¿Qué tipo de pruebas utiliza la neuropsicología?

    Clásicamente, los test neuropsicológicos para evaluar la cognición consisten en pruebas de “pregunta-respuesta” o de “papel y lápiz”. Es decir, que están basados en una interacción cara a cara entre el profesional de la neuropsicología y la persona evaluada. Se realizan diversas pruebas que permiten evaluar aspectos específicos. 

    Ofrecemos ejemplos de actividades empleadas, como parte de pruebas neuropsicológicas, para la evaluación de distintas funciones cognitivas:

    Evaluación de la memoria

    Mientras que algunas de las pruebas empleadas consisten en escuchar atentamente unas historias contadas por el profesional de la neuropsicología para luego contar lo que se recuerda con el máximo detalle posible; otras se basan en recordar listas de palabras. En el plano de la memoria visual, los test pueden consistir en recordar imágenes o reproducir un dibujo de memoria. 

    Evaluación del lenguaje

    En función de qué modalidad del lenguaje se quiera explorar, se utilizarán pruebas verbales o escritas. Y, entre estas, también hay una amplia variedad: algunas consisten en denominar objetos o imágenes que se presentan,y otras, en describir una escena representada en una lámina. 

    Otro tipo de pruebas requerirán repetir palabras, escribirlas al dictado, explicar lo que se ha comprendido de un texto determinado o seguir unas órdenes dadas, por poner algunos ejemplos. 

    Evaluación de la atención

    El especialista de la neuropsicología puede pedir, por ejemplo, que se tachen o marquen unos símbolos determinados de entre una gran variedad, o que se siga una determinada secuencia. 

    Evaluación de las funciones ejecutivas

    La diversidad de pruebas es muy amplia. Algunas consisten en realizar rompecabezas, ejercicios de lógica, resolver problemas de tipo aritmético o aplicar el razonamiento en distintas situaciones supuestas. 

    Evaluación de las praxias

    Estas son habilidades motoras que permiten llegar a la consecución de un objetivo a partir de una adecuada y metódica ejecución de órdenes del cerebro. Para su evaluación, se pueden emplear tareas de copia o reproducción de dibujos sencillos, ciertas actividades manipulativas o la ejecución de gestos y movimientos determinados. 

    Evaluación de las gnosias 

    Con este término se alude a las capacidades que permiten reconocer lo que percibimos por los sentidos. Para su evaluación, se utilizan diferentes pruebas que permiten valorar la integridad de reconocimiento de objetos, imágenes, sonidos, etc.  

    Además de las funciones cognitivas, como hemos comentado, la neuropsicología también se ocupa de la evaluación de aspectos relacionados con el comportamiento y con el impacto funcional o de desempeño en actividades de la vida diaria. Para todo ello, se suele recurrir a escalas y cuestionarios que se administran mediante una entrevista o de forma autorrellenable, según los casos, sea a la persona afectada, a un allegado, o a ambos.

    Tecnología y evaluación neuropsicológica

    La evaluación neuropsicológica no es ajena a los avances tecnológicos. Cada vez se dispone de más herramientas informatizadas particularmente útiles para obtener evaluaciones de precisión como, por ejemplo, en aspectos relacionados con el tiempo de reacción, un reflejo de la velocidad de procesamiento de la información y de la velocidad de respuesta, algo en lo que la medición digitalizada siempre será más precisa y permitirá detectar cambios sutiles. 

    Por otro lado, disponer de pruebas digitalizadas también permite realizar evaluaciones de forma remota, facilitando el acceso a más personas y pudiendo agilizar la detección de señales de alarma. 

    No obstante, el rol del profesional de la neuropsicología en la interpretación del porqué de los errores, de la forma como se ha ejecutado la actividad (lo que, técnicamente, se llama semiología) o del comportamiento durante la realización de las pruebas difícilmente podrá ser sustituido por medios tecnológicos

    En cualquier caso, los conocimientos de la neuropsicología y la evaluación neuropsicológica son fundamentales para la detección precoz de cambios cognitivos en enfermedades neurodegenerativas como la de Alzheimer o de otro tipo, para la discriminación respecto a otras posibles patologías, para definir el patrón de capacidades alteradas y preservadas, y para el seguimiento evolutivo. 

    Enlaces de interés

    Sección de Neuropsicología de la Sociedad Española de Neurología

    Federación de Asociaciones de Neuropsicología Españolas (FANPSE)

    Societat Catalana de Neuropsicologia

    Society for Clinical Neuropsychology. American Psychological Association. Division 40

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