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Hablemos del Alzheimer
El blog de la Fundación Pasqual Maragall
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¿Pueden estar relacionados la calidad del sueño y el Alzheimer?


Según un estudio de la Fundación Pasqual Maragall, la mala calidad del sueño podría ser un factor de riesgo para desarrollar Alzheimer o podría ser un primer síntoma de la enfermedad. Las personas con problemas para dormir presentan cambios en el rendimiento cognitivo, lo que las podría hacer más vulnerables a padecer la enfermedad de Alzheimer. A partir de este estudio, en este artículo analizamos la relación entre la calidad del sueño y el Alzheimer.

Calidad del sueño y Alzheimer: resultados del estudio

Las personas con insomnio, ya sea dificultad en iniciar o en mantener el sueño, presentan cambios en la estructura cerebral similares a los que se producen en etapas tempranas de la enfermedad de Alzheimer. Este es uno de los principales descubrimientos del nuevo trabajo del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall.  

Los participantes en el estudio tenían entre 45 y 75 años y forman parte del Estudio Alfa, impulsado por “la Caixa”, todos ellos sin síntomas cognitivos y, en gran parte, con antecedentes familiares de Alzheimer. Se calcula que hasta 20 años antes de las primeras manifestaciones de esta enfermedad, pueden empezar a producirse cambios en el cerebro. Esta es la razón por la que las investigaciones buscan indicios de alteraciones cerebrales años antes de los primeros síntomas. 

En este estudio, que ha sido publicado en la revista Alzheimer’s Research and Therapy, los investigadores analizaron el rendimiento cognitivo de más de 1.600 personas, algunas con insomnio y otras no, todas ellas sanas. En este sentido, en las resonancias magnéticas cerebrales realizadas a los participantes se encontraron diferencias significativas en la estructura cerebral entre los que padecían insomnio y los que no. 

Los afectados de insomnio tenían menor volumen en algunas regiones cerebrales, como el precúneo o el córtex cingulado posterior, que son zonas que se ven afectadas en la etapa temprana de la enfermedad. No obstante, esto no significa que todas las personas con insomnio vayan a desarrollar la enfermedad, si no que el insomnio puede ser un factor de riesgo más. 

Las principales conclusiones apuntan también que el insomnio se relaciona con un peor rendimiento cognitivo, en especial en funciones ejecutivas, como la memoria de trabajo. 

Lo que está por determinar es si estas diferencias estructurales del cerebro se deben al impacto directo del insomnio, es decir, si la mala calidad del sueño es la que genera estos cambios estructurales, o si, por el contrario, estas personas ya tenían estas características previamente. La mala calidad del sueño podría ser un factor de riesgo para desarrollar  Alzheimer, pero también podría ser que el Alzheimer provoque alteraciones en la calidad del sueño en fases muy precoces de la enfermedad, en las que aún no se evidencian manifestaciones cognitivas..

El insomnio, factor de riesgo

Estos resultados no implican, ni mucho menos, que todas las personas con insomnio vayan a desarrollar Alzheimer. Lo que el estudio revela es que el insomnio parece configurarse como uno de los múltiples factores de riesgo para el desarrollo de esta enfermedad.  

La asociación entre Alzheimer e insomnio es compleja y precisa de un abordaje desde múltiples perspectivas. Por ahora la mayor parte de la evidencia apunta a que una peor calidad del sueño, o un sueño insuficiente, tiene un efecto negativo sobre la salud cerebral a largo plazo, pareciendo conducir a un mayor riesgo de sufrir deterioro cognitivo.

Sin embargo, son necesarios más estudios para saber si estos hallazgos son extrapolables a todos los trastornos del sueño o situaciones que se acompañan de una alteración del ciclo sueño/vigilia, o si hay condiciones o situaciones que generen mayor o menor riesgo que otras. 

Actualmente se tiene suficiente evidencia como para considerar que la causa del Alzheimer es multifactorial, es decir, que se debe a la confluencia de diversos factores, algunos modificables y otros no. Sabemos que la edad es el principal factor de riesgo no modificable. Otro factor de riesgo no modificable es la genética. Existen otros factores de riesgo que son modificables y que también pueden influir en el desarrollo de la enfermedad, sobre los que nosotros podemos actuar y que están relacionados con el control de los factores de riesgo cardiovascular y los hábitos de vida saludables.

Categorías: Investigación y atención sanitaria, Envejecimiento y hábitos saludables

21.06.2022

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Acerca del autor

En la Fundación Pasqual Maragall investigamos la detección y prevención de la enfermedad de Alzheimer, promocionamos un envejecimiento saludable y trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y cuidadoras.

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