¿Qué es la demencia vascular?
La enfermedad de Alzheimer es la causa de demencia más frecuente, pero no es la única. La demencia vascular es la segunda causa más común de demencia. En este artículo analizamos en profundidad qué es la demencia vascular, cuáles son sus causas y algunas recomendaciones para su prevención.
¿Qué es la demencia vascular?
La demencia vascular es el segundo tipo más frecuente de demencia, tras la debida a la enfermedad de Alzheimer.
El término “demencia” hace referencia a un síndrome, es decir, un conjunto de signos y síntomas, que se caracterizan por la alteración cognitiva (deterioro de la memoria, del lenguaje, la capacidad de razonamiento…), hechos que conllevan una pérdida de autonomía funcional, por lo que la persona afectada precisa de la ayuda o supervisión de otras personas para desenvolverse de forma independiente y llevar a cabo las actividades cotidianas. Las causas que pueden provocar una demencia son diversas.
¿Cuáles son las causas y cómo evoluciona la demencia vascular?
La demencia vascular está causada por alteraciones de la circulación sanguínea en diferentes regiones del cerebro, provocando una insuficiencia o privación de oxígeno y nutrientes, claves para su adecuado funcionamiento.
En la demencia vascular, los cambios cognitivos pueden aparecer a menudo de forma abrupta tras un ictus o accidente cerebrovascular, que produce una interrupción de la circulación en alguno de los grandes vasos sanguíneos.
No obstante, la alteración cognitiva vascular también puede desarrollarse de forma más sutil y progresiva, como resultado de la acumulación de pequeños infartos u otras alteraciones que afectan a la circulación de pequeños vasos sanguíneos, provocando una alteración cada vez más generalizada.
Síntomas de la demencia vascular
Los síntomas de la demencia vascular pueden variar según la ubicación y la gravedad de los daños cerebrales causados por problemas vasculares. Estos son signos y síntomas frecuentes:
- Deterioro cognitivo. La demencia vascular puede manifestarse con dificultades en la concentración, la memoria, el razonamiento y otras funciones cognitivas. Estos son algunos posibles síntomas:
- Problemas para tomar decisiones o planificar actividades.
- Dificultades en el lenguaje que pueden afectar la capacidad de comunicación, por ejemplo, por dificultades para encontrar palabras, comprender el lenguaje o seguir una conversación.
- Cambios en la función visual o espacial, con problemas para juzgar distancias, reconocer objetos familiares o realizar tareas que requieren coordinación visomotora.
- Cambios en la personalidad y el comportamiento. Las personas afectadas pueden exhibir cambios en su personalidad, como apatía, irritabilidad, agitación o una disminución en la motivación para participar en actividades sociales o laborales.
- Problemas con las habilidades motoras. Algunas personas pueden experimentar dificultades con la coordinación motora, el equilibrio y la marcha, lo que puede aumentar el riesgo de caídas y lesiones.
- Episodios de confusión o desorientación. Las personas con demencia vascular pueden experimentar episodios de confusión o desorientación, especialmente en entornos nuevos o desconocidos.
- Dificultades en el control de la vejiga. A consecuencia de la demencia vascular, se puede ver afectado el control de la vejiga, lo que puede resultar en incontinencia urinaria.
Evolución de la demencia vascular
La demencia vascular y el Alzheimer difieren en su progresión y manifestaciones clínicas. A diferencia de la demencia producida por la enfermedad de Alzheimer, en el caso de la demencia vascular, el inicio puede ser más o menos brusco y la progresión es variable, porque está relacionada con la localización y la cantidad de alteraciones vasculares que se vayan produciendo en el cerebro.
La demencia vascular se caracteriza por una combinación de alteraciones motrices, cognitivas y conductuales, mientras que en los síntomas del Alzheimer las alteraciones que predominan son los aspectos cognitivos y conductuales, y no suelen aparecer alteraciones motoras hasta fases avanzadas de la enfermedad.
Muchos expertos emplean el término “alteración cognitiva vascular”, para expresar mejor el concepto de que las alteraciones cognitivas pueden oscilar de leves a graves (es decir, que no todas las personas con alteración cognitiva vascular llegan a desarrollar demencia). A menudo, los cambios vasculares cerebrales coexisten con las alteraciones relacionadas con otros tipos de demencia, como la enfermedad de Alzheimer o los propios de la demencia por cuerpos de Lewy.
Tratamiento de la demencia vascular
Aunque no existe ningún fármaco específico para el tratamiento de la demencia vascular, el especialista puede recetar algunos fármacos indicados para los síntomas del Alzheimer. Esos tratamientos también pueden aportar cierto beneficio para los síntomas cognitivos de tipo vascular y el equipo médico será quien evalúe su idoneidad en cada caso.
Los tratamientos farmacológicos de la demencia vascular pueden incluir también aquellos destinados a tratar las causas subyacentes, como la hipertensión, el colesterol o la diabetes. Por otro lado, es importante actuar para controlar los factores de riesgo que pueden incrementar el daño vascular cerebral.
¿A quién puede afectar la demencia vascular y cómo prevenirla?
La alteración cognitiva vascular no siempre es fácilmente reconocible, por lo que es recomendable estar especialmente pendiente de posibles problemas cognitivos en personas consideradas de riesgo para este tipo de afectación.
Factores de riesgo para demencia vascular
En realidad, estos factores de riesgo también están relacionados con la probabilidad de padecer enfermedad de Alzheimer. Algunos factores de riesgo ligados a la demencia vascular son:
- Edad avanzada. A medida que envejecemos, el riesgo de demencia vascular aumenta significativamente. Es poco común antes de los 65 años, pero se incrementa sustancialmente a partir de los 90 años.
- Antecedentes de episodios cardíacos o accidentes cerebrovasculares.
- Haber sufrido un infarto cardíaco o un accidente cerebrovascular puede aumentar el riesgo de desarrollar demencia vascular.
- La fibrilación atrial es una alteración del ritmo cardíaco que aumenta el riesgo de formación de coágulos sanguíneos que pueden viajar hacia los vasos sanguíneos del cerebro, incrementando la probabilidad de demencia vascular.
- Aterosclerosis. La acumulación de depósitos de colesterol y otras sustancias en las arterias puede estrechar los vasos sanguíneos, reduciendo el flujo sanguíneo hacia el cerebro.
- Niveles elevados de colesterol y presión arterial elevada. La hipercolesterolemia y la hipertensión arterial ejercen estrés adicional en los vasos sanguíneos, incrementando la probabilidad de problemas vasculares cerebrales.
- Diabetes. Los altos niveles de glucosa pueden dañar los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de alteraciones cerebrovasculares y, consecuentemente, de demencia vascular.
- Tabaquismo. Fumar daña directamente los vasos sanguíneos, aumentando el riesgo de aterosclerosis y otras enfermedades relacionadas con el sistema circulatorio, incluida la demencia vascular.
- Obesidad. La obesidad es un factor de riesgo bien conocido para las enfermedades vasculares en general, lo que puede aumentar el riesgo de demencia vascular.
Consejos para prevenir la demencia vascular
Todo lo relacionado con los hábitos de vida saludables es particularmente relevante para la promoción de un cerebro sano. La relación entre la salud cardiovascular y un adecuado funcionamiento cerebrovascular es muy clara. Por tanto, es clave atender a los siguientes consejos para prevenir la demencia vascular:
- No fumar.
- Limitar el consumo de alcohol.
- Controlar la tensión arterial, el colesterol y la glucosa.
- Llevar una dieta saludable y equilibrada.
- Procurar y mantener un peso adecuado.
- Realizar actividad física de manera regular, ¡incluido bailar!
En conclusión, podemos afirmar que la demencia vascular o alteración cognitiva vascular es la segunda causa más frecuente de demencia. Sus síntomas y progresión están estrechamente relacionados con las áreas cerebrales afectadas. Además, las alteraciones vasculares cerebrales suelen coexistir con otras causas de demencia, dando lugar a demencias “mixtas”. En el tratamiento y prevención de esta demencia es clave el control de los factores de riesgo cardiovascular, para lo que, además de seguir todas las recomendaciones indicadas por los especialistas, es fundamental adoptar un estilo de vida saludable.
Referencias
- O’Brien JT, Thomas A. Vascular dementia. Lancet 2015; 386: 1698–706
- Chang Wong E, Chang Chui H. Vascular Cognitive Impairment and Dementia. Continuum (Minneap Minn). 2022 Jun 1; 28(3): 750–780.
Enlaces de interés
- Mayo clinic. Vascular dementia.
- Stanford medicine. Vascular Dementia Symptoms.
Publicado originalmente el 22 de mayo de 2019, actualizado el 28 de mayo de 2024.
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