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Soledad como riesgo de demencia

4 min lectura
20 septiembre, 2021
Índice de contenidos

    ¿Se puede pensar en la soledad como riesgo de demencia? Cada vez existe una mayor evidencia empírica de la relación entre soledad y demenciaEl Dr. Javier Yanguas, experto en geriatría y director científico del Programa de Personas Mayores de la Fundación “la Caixa” desgrana en este artículo el conocimiento disponible de la relación que pudiera existir entre ambas. 

    La relación entre soledad y demencia

    Un gran corpus de investigación científica ha establecido la relación entre distintos factores de riesgo «modificables» (por ejemplo, diabetes, inactividad física y depresión) y el deterioro cognitivo leve (DCL) y/o la demencia. También distintos estudios longitudinales han determinado la relación entre una mayor participación en la comunidad, un mayor apoyo social percibido y redes sociales más amplias, con un menor riesgo de padecer demencia.

    Lo que todavía no está claramente definido son los procesos o fundamentos de la asociación entre la soledad y el riesgo de deterioro cognitivo leve (DCL) y/o demencia. 

    ¿Cómo la soledad podría afectar al riesgo de demencia?

    Varias vías han sido propuestas a través de las cuales la soledad puede afectar al desarrollo de DCL y/o demencia1, destacando:

    La soledad como desencadenante de procesos que pueden influir en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas

    La soledad puede desencadenar procesos fisiopatológicos en el interior del cerebro que pueden influir directamente en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas. El aislamiento social percibido induce una mayor reactividad al estrés conduciendo dicha alteración a problemas de sueño, alteraciones en el sistema inmunológico, aumento de los niveles de estrés oxidativo, sobreexpresión de genes proinflamatorios, etc. 

    Además, publicaciones recientes han aportado evidencias sobre los mecanismos genéticos que vinculan la soledad y la demencia. Por ejemplo, se ha demostrado la asociación entre la soledad y la «carga amiloide» en mayores sanos2, siendo esta relación más fuerte en los portadores de APOEe4. En la misma línea, cada vez existe una mayor evidencia de que tanto la soledad como la demencia están asociadas a una mayor aceleración en el acortamiento de los telómeros (los extremos de los cromosomas) durante la vida3 y actualmente uno de los focos de investigación en relación con el envejecimiento. 

    Comportamientos menos saludables derivados de la vida en soledad 

    Una segunda vía está relacionada con los comportamientos menos saludables que adoptan las personas en situación de soledad, como pueden ser la ausencia de actividad física, una defectuosa nutrición o el abuso de medicamentos no controlados por profesionales. Todos ellos pueden afectar a la cognición, ya sea directamente, a través de mecanismos biofisiológicos, o indirectamente, a través del aumento del riesgo de enfermedades cardiacas y/o metabólicas. 

    La relación entre soledad y depresión

    En tercer lugar, se sabe que la soledad está estrechamente relacionada con la depresión, y la relación entre depresión, deterioro cognitivo y demencia está bien establecida desde hace tiempo. 

    La soledad se vincula a discrepancias entre las relaciones sociales esperadas y las «reales», a ausencia de refuerzo social positivo…, lo que favorece la sintomatología depresiva. En cualquier caso, la soledad constituye un factor de riesgo «independiente», incluso una vez controlado «estadísticamente» el efecto de la depresión con respecto a la posibilidad de desarrollar deterioro cognitivo y/o demencia

    Aunque también sucede que los sentimientos de soledad pueden agravar la sintomatología de personas socialmente inadaptadas con problemas de comportamiento (problemas que, ya de por sí, producen soledad) en un bucle del que difícilmente se sale indemne.

    La menor participación social que conlleva la soledad

    Asimismo, la participación (o no participación) social puede estar relacionada con el aumento del riesgo de demencia y/o declive cognitivo, por la dimensión relacional de dicha participación. Las personas con soledad tienen menos probabilidades de participación social y, por lo tanto, menores posibilidades de la estimulación cognitiva requerida para dicha participación, lo que puede conducir a una menor reserva cognitiva y, en consecuencia, a una función cognitiva más deficiente.

    La influencia de la soledad en el funcionamiento cognitivo y el riesgo de demencia

    Dos últimas cuestiones:

    • La relación entre soledad y funcionamiento cognitivo en mayores parece estar claramente definida: una mayor soledad se asocia a una cognición global más deficiente y declives en dominios cognitivos específicos, incluyendo velocidad de procesamiento, memoria inmediata y recuerdo. 
    • La influencia de la soledad en el riesgo de demencia es comparable  en tamaño con otros factores de riesgo bien establecidos para el deterioro cognitivo y la demencia, incluida la diabetes, la inactividad física y la pérdida de audición en la mediana edad. 

    Aunque nuestro entendimiento sobre las implicaciones de la soledad en la demencia sigue siendo superficial en comparación con otros riesgos reconocidos, necesitamos, por su importancia y por el sufrimiento que genera, saber más de las íntimas relaciones entre soledad y demencia porque no podemos, de ninguna manera, esperar más para intervenir.

    Dr. Javier Yanguas

    Director científico del Programa de Personas Mayores de la Fundación “la Caixa”

     

    Referencias bibliográficas

    1. Lara, E., Martín-María, N., de la Torre-Luque, A., Koyanagi, A., Vancampfort, D., Izquierdo, A., y Miret, M. (2019). Does loneliness contribute to mild cognitive impairment and dementia? A systematic review and meta-analysis of longitudinal studies. Ageing Research Reviews, 52, 7-16.
    2. Donovan, N. J., Okereke, O. I., Vannini, P., Amariglio, R. E., Rentz, D. M., Marshall, G. A., Johnson, K. A., y Sperling, R. A. (2016). Association of Higher Cortical Amyloid Burden With Loneliness in Cognitively Normal Older Adults. JAMA Psychiatry, 73(12), 1230-1237.
    3. Wilson, S. J., Woody, A., Padin, A. C., Lin, J., Malarkey, W. B., y Kiecolt-Glaser, J. K. (2018) Loneliness and telomere length: Immune and parasympathetic function in associations with accelerated aging. Annals of Behavioral Medicine, 53(6), 541-550. 

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