Beber agua no tiene contraindicaciones, no aporta calorías y todo lo que puede proporcionarnos son beneficios para la salud, lo que se convierte en algo clave para garantizar el buen funcionamiento de nuestro organismo y es un hábito saludable en todas las etapas de la vida.
¿Cuánta agua tenemos que beber al día?
Es difícil establecer la cantidad exacta de agua que debe consumir una persona al día, ya que las necesidades pueden variar en función de factores como la actividad física, el clima o la edad.
De forma general, se recomienda la ingesta de unos 2 litros de agua al día. Esta aportación la obtenemos no solo bebiendo líquidos (básicamente agua, pero también leche, infusiones, sopa, zumos, etcétera), sino también a través del agua que contienen algunos alimentos sólidos que consumimos a lo largo del día, como la fruta y las verduras.
Además, si hacemos ejercicio o salimos a caminar, es recomendable evitar las horas de máximo calor, protegerse del sol y llevar siempre una botella de agua. Hay que hidratarse antes, durante y después de realizar ejercicio físico y, aunque estemos en reposo, beber agua también si el ambiente es especialmente caluroso. Además, es aconsejable tomar un vaso de agua antes de acostarnos y otro al levantarnos, ya que, mientras dormimos, también perdemos agua.
Qué bebidas son y no son recomendables para hidratarnos
Es necesario beber agua a menudo, en cantidades pequeñas y en cualquier momento del día, sin necesidad de esperar a tener sed. De hecho, es recomendable avanzarse a ella y beber agua antes de que el cuerpo nos la pida.
Siempre hemos de escoger preferentemente el agua ante otro tipo de bebidas, sabiendo que la hidratación se puede complementar con infusiones, sopas o zumos de fruta naturales. No obstante, el consumo de zumos envasados o refrescos azucarados debe ser ocasional y nunca deben consumirse como sustitutivos del agua. Asimismo, no se debe consumir bebidas alcohólicas como fuente de hidratación.
Consejos para beber agua más a menudo
La deshidratación puede causar mareos, falta de concentración, fatiga, dolor de cabeza, somnolencia… Para evitar estas consecuencias, compartimos algunos consejos para beber agua de forma más regular o para ayudar a hidratarse a toda la familia, desde los pequeños de la casa hasta las personas mayores:
- Facilitar el acceso: cuanto más fácil sea tomar un vaso de agua, más propicias serán las ganas de beber.
- Tener agua siempre en la mesa: en las comidas, procurar tener siempre agua en la mesa para que todo el mundo pueda servirse.
- Llevar agua consigo: al salir de casa, llevar siempre una botella de agua.
- Ofrecer agua a mayores con dificultades cognitivas y a pequeños: estos colectivos pueden tener menos capacidad para sentir indicios de deshidratación o pedir agua.
Consejos de hidratación para personas mayores
Estas son algunas recomendaciones para que las personas mayores opten por beber agua y favorezcan su hidratación:
- No esperar a tener sed. Es recomendable beber agua frecuentemente en pequeñas cantidades y durante todo el día.
- Procurar tener agua cerca o disponible siempre. Hay que tener en cuenta que, a partir de los 80 años, el riesgo de deshidratación aumenta.
- Atender a signos de falta de hidratación. Tener sensación de sed, la boca seca, estreñimiento o la orina más oscura de lo habitual pueden ser indicadores de que hay que beber más agua.
- Evitar las horas de máximo calor al salir a caminar. Además, hay que protegerse del sol con una gorra y ropa adecuada, caminar por la sombra y llevar agua o un recipiente para poder beber agua de fuentes públicas.
- Beber agua antes, durante y después de la actividad física siempre que se practique ejercicio.
- Acompañar la toma de medicamentos con un vaso de agua.
- Buscar estrategias para asegurar la hidratación si existen dificultades para tragar. Por ejemplo, elegir alimentos con textura suave y que contengan agua, como las frutas o verduras. En casos graves, se pueden utilizar productos para espesar los líquidos.
- Recurrir a fórmulas para no dejar de beber agua en caso de presentar incontinencia urinaria. Se puede disminuir la ingesta de líquidos por la noche y, al salir de casa, tener localizados baños accesibles en caso de necesidad.
- Consultar al personal sanitario ante situaciones especiales o dudas.
Recomendaciones para una buena hidratación de personas con demencia
Las personas con demencia experimentan cambios cognitivos y conductuales que pueden afectar a su alimentación y al hábito de beber agua, lo que aumenta el riesgo de deshidratación y malnutrición.
La presencia de algunas enfermedades y ciertos medicamentos también puede interferir con los mecanismos de regulación de líquidos corporales. Los síntomas de la deshidratación pueden variar especialmente en personas con demencia. Por ejemplo, ante una disminución acusada del nivel de atención o muestras abruptas de confusión, se debe comprobar si la persona está ingiriendo suficientes líquidos. Ante la duda, hay que consultar con el equipo médico por si se precisa de una revisión de la medicación que esté tomando o indagar posibles motivos causantes.
En el cuidado diario de personas con demencia, se deben incluir pautas para beber agua u otros líquidos para minimizar el riesgo de deshidratación. Estas son algunas recomendaciones:
- Establecer pautas para beber agua de manera regular, ofreciendo un vaso en cada comida y otro más a media mañana y tarde, sin esperar a que la persona lo solicite.
- Procurar que beba un vaso de agua antes del desayuno, además de favorecer la hidratación, puede prevenir o aliviar el estreñimiento.
- Favorecer que beber agua sea atractivo. Por ejemplo, añadir unos cubitos de hielo, unas gotas de limón y tal vez usar una pajita, puede dar un aire más atractivo al agua.
- Ofrecer alternativas a beber agua con zumos o infusiones para aumentar la ingesta de líquidos, recordando que el agua ha de ser la principal fuente de hidratación.
- Aumentar el consumo de frutas con alto contenido en agua, como sandía, melón o melocotón.
- Estar particularmente pendientes de que la persona con demencia ingiera suficientes líquidos para prevenir la deshidratación en situaciones de alta temperatura ambiental, fiebre, vómitos o diarrea.
- Mantener una adecuada higiene bucodental es fundamental para disminuir el riesgo de infecciones o llagas que puedan causar dificultades de deglución.
- Reducir la ingesta de líquidos después de la merienda y asegurar una hidratación adecuada durante el resto del día si la persona con demencia presenta urgencia o incontinencia urinaria, particularmente nocturna.
El agua es esencial para mantener la salud y el bienestar de las personas con demencia, ya que estas pueden tener dificultades para reconocer la sensación de sed y recordar beber agua regularmente. Por lo tanto, es crucial ofrecerles agua de manera regular y asegurarse de que esté fácilmente disponible para evitar la deshidratación y prevenir así otras complicaciones, como confusión, irritabilidad y problemas de salud adicionales.
Referencias
Canal Salut Gencat. El agua.
Fundación Matia. La ausencia de sed, otro descuido de la demencia.
Mayo clinic. Agua: ¿Cuánto tienes que beber todos los días?
Publicado originalmente el 21 de noviembre de 2018, actualizado el 28 de marzo de 2024.