El rol de los biomarcadores en el diagnóstico diferencial de Alzheimer
El Alzheimer es la causa más frecuente de demencia y, a menudo, representa un desafío para su diagnóstico clínico, especialmente en sus formas atípicas. Desde hace muchos años, el diagnóstico está eminentemente basado en la evaluación clínica, con el apoyo de diversas pruebas, como la evaluación neuropsicológica, análisis de sangre y técnicas de neuroimagen.
Sin embargo, la investigación actual está mostrando que ciertos biomarcadores específicos de la enfermedad, medibles en muestras de líquido cefalorraquídeo y de plasma sanguíneo, tienen un potencial diagnóstico cada vez más tangible para identificar alteraciones neuropatológicas características del Alzheimer.
Los biomarcadores de Alzheimer incluyen pruebas para la detección de la acumulación de proteínas beta-amiloide y tau, que forman placas y ovillos neurofibrilares en el cerebro de las personas con Alzheimer, lo cual contribuye a la neurodegeneración y a la pérdida de la función cerebral. La tomografía por emisión de positrones (PET) permite visualizar depósitos de amiloide y tau en el cerebro. Además, las muestras de líquido cefalorraquídeo y de sangre también ofrecen información sobre la agregación de estas proteínas, y pueden ayudar en la determinación del diagnóstico diferencial de Alzheimer.
Biomarcadores en sangre: una prometedora ayuda para el diagnóstico diferencial de Alzheimer
Uno de los avances más recientes en el diagnóstico diferencial de Alzheimer es la medición de biomarcadores en plasma. Esta técnica permite detectar la presencia de agregados anómalos de proteínas en el cerebro característicos del Alzheimer en una muestra de sangre, lo que representa una alternativa menos invasiva al análisis de líquido cefalorraquídeo. Aunque todavía está en desarrollo, la tecnología de biomarcadores en plasma sanguíneo ya ha demostrado ser eficaz para identificar tempranamente cambios biológicos relacionados con el Alzheimer. Su aplicación clínica está cada vez más cerca y facilitará una detección precoz de la enfermedad y un diagnóstico diferencial de Alzheimer más certero en el entorno asistencial.
La importancia de los biomarcadores en plasma radica en que pueden ayudar a realizar un diagnóstico diferencial de Alzheimer respecto a otras causas de deterioro cognitivo o de demencia que no presentan las mismas alteraciones neurobiológicas. Este avance es relevante para la comunidad médica, ya que facilita, además de complementar la evaluación clínica y precisar el diagnóstico, ajustar el tratamiento a la situación específica de cada persona.
Sin embargo, hay que recordar que, aunque los biomarcadores en sangre están en pleno desarrollo, su interpretación sigue dependiendo del contexto clínico. Esto significa que la combinación de biomarcadores con la evaluación clínica completa es fundamental para un diagnóstico lo más preciso posible. Es muy probable que el uso de biomarcadores se integre cada vez más en la práctica clínica, ayudando a los equipos médicos a determinar el diagnóstico diferencial de Alzheimer respecto a otras enfermedades o alteraciones que puedan explicar los síntomas. El hecho de facilitar, además, una detección más temprana de la enfermedad de Alzheimer es de gran valor para que las personas afectadas y sus familiares puedan planificar el futuro, sea respecto a necesidades de cuidados o aspectos legales, y tomar decisiones informadas.
Limitaciones actuales de los biomarcadores para el diagnóstico diferencial de Alzheimer
El uso de biomarcadores para el diagnóstico diferencial de Alzheimer aún tiene limitaciones.
No existen biomarcadores completamente validados para todas las variantes fenotípicas de Alzheimer o para otras causas de demencia. Aunque el progreso en este campo ha permitido desarrollar métodos más precisos para la detección temprana, los biomarcadores no reemplazan una evaluación clínica completa y deben ser interpretados junto con los síntomas y hallazgos de estudios de neuroimagen y otras pruebas complementarias.
Por otro lado, cuando no se dispone de biomarcadores específicos, el diagnóstico diferencial de la enfermedad sigue dependiendo esencialmente del conocimiento y la habilidad clínica de los equipos médicos.
La depresión ante el diagnóstico diferencial de Alzheimer
La depresión, especialmente en personas mayores, puede discurrir con síntomas que se asemejan a algunos de los observados en la enfermedad de Alzheimer. Apatía, dificultades de concentración, pérdida de interés en actividades y alteraciones de memoria son manifestaciones comunes en ambas afecciones de salud. Estos síntomas llevaron al desarrollo del término “pseudodemencia”, un diagnóstico empleado para describir cuadros depresivos que imitan el declive cognitivo propio de la demencia. Sin embargo, cada vez se usa menos este término, ya que la relación entre depresión y Alzheimer es más compleja y, en algunos casos, ambas afecciones pueden estar presentes en una misma persona.
Algunas investigaciones han puesto de manifiesto que la depresión en personas adultas mayores no solo produce síntomas similares a los del Alzheimer, sino que también puede actuar como un factor de riesgo para su desarrollo. En algunas personas, la depresión puede ser el primer signo de una enfermedad neurodegenerativa subyacente, lo cual genera un reto en el diagnóstico diferencial de Alzheimer u otra enfermedad neurodegenerativa y las opciones más adecuadas de tratamiento y su pronóstico.
Algunas claves para el diagnóstico diferencial de Alzheimer o depresión
Existen algunas diferencias sutiles, a la vez que relevantes, en la manifestación de los síntomas de la depresión que pueden ayudar en el diagnóstico diferencial de Alzheimer.
Una de estas diferencias es que las personas con depresión suelen ser conscientes de la alteración de sus capacidades cognitivas y, a menudo se quejan muy activamente de sus problemas de memoria. En cambio, las personas con Alzheimer tienden a ser menos conscientes de la magnitud de sus problemas cognitivos, una característica que puede ser relevante en la evaluación clínica de los síntomas.
Asimismo, en el caso de la depresión, el deterioro cognitivo puede fluctuar de un día a otro y suele mejorar con el tratamiento, mientras que los síntomas del Alzheimer fluctúan menos; son progresivos e irreversibles.
Los biomarcadores específicos del Alzheimer, como la concentración de tau fosforilada y beta-amiloide en el líquido cefalorraquídeo, pueden ser útiles para el diagnóstico diferencial de Alzheimer cuando los síntomas pueden plantear dudas razonables y confundirse con los propios de una depresión.
El diagnóstico diferencial de Alzheimer es importante
La precisión en el diagnóstico diferencial de Alzheimer es esencial para poder administrar el tratamiento más adecuado, poder establecer un pronóstico y facilitar la planificación de futuras necesidades de cuidado y apoyo que precisarán tanto las personas diagnosticadas como quienes las acompañarán en el proceso de la enfermedad.
Cuando la depresión sea la causante de los síntomas cognitivos y conductuales que pueden confundirse con manifestaciones del Alzheimer, el tratamiento puede revertir estos síntomas y disipar dudas respecto al diagnóstico diferencial de Alzheimer.
Por otro lado, un diagnóstico temprano de Alzheimer permite a las personas afectadas tomar decisiones informadas en cuanto al tratamiento y las necesidades de apoyo desde etapas iniciales, cuando la intervención puede maximizar la calidad de vida y contribuir a que se ralentice la progresión de los síntomas.
En conclusión, el diagnóstico diferencial de Alzheimer requiere una combinación de estrategias de evaluación y de herramientas y técnicas avanzadas, como el empleo de biomarcadores, así como un enfoque amplio desde un punto de vista clínico que contemple diferentes posibles alteraciones o enfermedades que puedan explicar la manifestación de los síntomas. A medida que se desarrollan nuevas tecnologías de detección y los biomarcadores en plasma se vuelven más accesibles, el diagnóstico diferencial de Alzheimer podrá ser más preciso, algo que permitirá mejorar la intervención y el apoyo a las personas afectadas y cuidadoras desde fases cada vez más tempranas.
Referencias de interés
- Dubois B, von Arnim CAF, Burnie N, et al. Biomarkers in Alzheimer’s disease: role in early and differential diagnosis and recognition of atypical variants. Alzheimer's Research & Therapy. 2023;15:175.
- Brodaty H, Connors MH. Pseudodementia, pseudo-pseudodementia, and pseudodepression. Alzheimer’s & Dementia: Diagnosis, Assessment & Disease Monitoring. 2020;12