Cómo tratar a una persona con Alzheimer: la comunicación
La pregunta “¿cómo tratar a una persona con Alzheimer?” se debería responder con base en cómo tratar a cualquier persona; en esencia: tratando de entender sus necesidades. Para eso, es imprescindible favorecer la comunicación y mostrar empatía.
La enfermedad de Alzheimer, no obstante, altera la capacidad comunicativa de la persona afectada, así como su percepción general de la realidad. Las dificultades en la comunicación suelen afectar a la calidad de la relación, lo que suele conllevar un mayor estrés emocional, tanto en las personas cuidadoras como en las cuidadas. Para comunicarse eficazmente y tratar a una persona con Alzheimer es esencial comprender cómo la enfermedad afecta progresivamente al lenguaje. Existen ciertas estrategias que pueden ser de ayuda para facilitar la expresión y la comprensión de los mensajes y así poder tratar a una persona con Alzheimer desde la dignidad y el respeto
Algunas pinceladas de la alteración del lenguaje a causa del Alzheimer
En las fases iniciales de la enfermedad pueden aparecer ciertos problemas para expresarse adecuadamente. Fundamentalmente, en estos primeros momentos, a menudo destaca una incapacidad o dificultad para encontrar la palabra adecuada, lo que se conoce como anomia. A medida que la enfermedad progresa, este problema se hace cada vez más frecuente y ocurre con términos cada vez más comunes, además de que aparecerán otras alteraciones del lenguaje. Así, progresivamente, se apreciarán dificultades de diversa índole como, por ejemplo:
- Disminución del vocabulario. Entre sus causas, están la dificultad creciente de encontrar las palabras adecuadas u olvidar el significado de muchas de ellas.
- Dificultad para seguir conversaciones. Las dificultades relacionadas con la memoria y, entre ellas, con la memoria de trabajo, llevan a tener problemas para seguir el hilo de una conversación o, incluso, afectar a la capacidad de la persona para participar en ella.
- Desorganización del pensamiento. Algunos de los síntomas del Alzheimer están relacionados con las funciones ejecutivas y, en consecuencia, se afecta la capacidad de razonamiento y de mantener pensamientos elaborados, lo que comporta una expresión de forma confusa o desordenada y a dificultades de comprensión global.
Manifestaciones de dificultades en el lenguaje expresivo
A consecuencia de todo lo referido anteriormente y de la naturaleza neurodegenerativa de la enfermedad, el lenguaje expresivo de una persona con Alzheimer fácilmente se verá acompañado de manifestaciones que complican la fluidez para trasladar lo que quiere. Estos son algunos ejemplos:
- Hacer circunloquios o rodeos. Al no encontrar en su mente la palabra exacta, la persona con Alzheimer puede intentar explicar su uso o las características del objeto. A veces, interpretar lo que quiere decir puede resultar complicado. Por ejemplo, puede decir “eso para ver cosas y guardarlas para siempre” para referirse a una cámara de fotos.
- Usar palabras comodín para sustituir el término que no recuerda, diciendo “el chisme”, “el trasto”, “la cosa esa”, etcétera.
- Equivocarse con las palabras, produciendo lo que se conocen como parafasias. Pueden ser de tipo fonético, por su similitud en el sonido (por ejemplo, decir “cata” en lugar de “casa” o “paleta” en vez de “maleta”) o de tipo semántico, por guardar alguna relación de significado con la palabra que realmente se quiere decir (por ejemplo “perro” en vez de “gato”).
- Usar palabras que no existen, llamadas neologismos (imaginemos, queriendo decir “comedor”, tal vez diga “furmonó”). En estos casos, aunque el contexto y la comunicación no verbal también pueden servir de ayuda para saber a qué se refiere, a veces no es posible determinarlo. En cualquier caso, el uso de neologismos es propio de fases más avanzadas de la enfermedad.
La dificultad creciente para concentrarse y la progresiva pérdida de fluidez del lenguaje hace que el discurso de la persona con Alzheimer sea cada vez más desestructurado e inconexo, más vacío de contenido. Tener esto presente y mostrar empatía, es decir, ponerse en su lugar y procurar facilitarle la expresión de sus necesidades es clave si tememos no saber cómo tratar a una persona con Alzheimer adecuadamente. Seguimos ofreciendo consejos para ello a continuación.
Tratar a una persona con Alzheimer bien pasa por ayudarla a expresarse
¿Cómo tratar a una persona con Alzheimer cuando le cuesta expresarse? Para ayudar a una persona con Alzheimer a expresarse, lo primero que hay que procurar es facilitar la transmisión de lo que quiera comunicar. Siempre que podamos, debemos evitar formular preguntas demasiado abiertas, como, por ejemplo: “¿Qué te pasa?” o “¿Qué quieres?”.
Este tipo de preguntas no siempre tienen una respuesta fácil y exigen una habilidad para organizar las ideas, que la persona que sufre Alzheimer quizá ya no tenga. Es preferible optar por realizar preguntas concretas, que se puedan responder con un sí o un no. Por ejemplo:
- “¿Te encuentras bien?”
- “¿Te duele algo?”
- “¿Te apetece pasear?”
- “¿Estás buscando algo?”
También puede resultar útil darle opciones de respuesta, sin que sean muchas, eso sí. Porque, probablemente, no podrá retenerlas. Hay que procurar que no sean más de dos o, a lo sumo, tres: “¿Te quieres poner la chaqueta corta o el abrigo?”. En este caso, si podemos mostrarle las prendas a la vez que le preguntamos, todavía se lo pondremos más fácil.
Cómo tratar a una persona con Alzheimer cuando le cuesta comprender los mensajes
Al principio, la persona con Alzheimer entiende y comprende lo que se le está diciendo sin problemas. Sin embargo, a medida que avanza la enfermedad, aumenta el déficit de atención y concentración, y cada vez le cuesta más procesar la información recibida. Todo ello hace que vaya siendo más difícil que comprenda lo que le queremos transmitir.
La memoria semántica (relacionada con los conocimientos generales, los conceptos y las ideas sobre el mundo que nos rodea) también se irá alterando. Esto hará que, para la persona con Alzheimer, algunas palabras y conceptos “pierdan” su significado.
Las frases muy largas, los discursos complejos o tratar de trasladar una gran cantidad de información de golpe son algunos factores que agravan el problema comunicativo. Para facilitar la comprensión, los mensajes tienen que ser claros, breves y directos, evitando dobles negaciones o condicionales, siempre que sea posible. Por ejemplo:
- En vez de decir: “No te lo comas todo si no te apetece”, es preferible decir: “Come lo que te apetezca”.
- En lugar de: “¿Qué te parece si, aprovechando que no llueve, salimos a dar un paseo?”, podemos decir: “¿Salimos a pasear?”.
- Es mejor: “Si terminamos pronto de comer y tenemos ganas, luego veremos una película”, que decir: “Luego veremos una película”.
Un buen ejercicio es “imaginar” que la persona que padece Alzheimer habla un idioma distinto al nuestro, por lo que le cuesta entendernos. Potenciar la comunicación no verbal, aumentando el uso de gestos, expresiones de la cara, o modulando el volumen y el tono de la voz, también nos ayudará a facilitar la comprensión.
Cuando se quiere comunicar algo a una persona con Alzheimer, es muy importante asegurarse de que está prestando atención. Para captar su atención es de ayuda mantener el contacto visual y recurrir al contacto físico (cogerle la mano, hacerle una caricia…).
La empatía es clave para tratar a una persona con Alzheimer comprendiendo su realidad
En síntesis, cuando nos preguntamos cómo tratar a una persona con Alzheimer, hemos de pensar que, en realidad, no debería ser diferente de cómo tratar a cualquier persona. El Alzheimer, desafortunadamente, pasa a ser una “característica” (con todas sus dificultades y complejidad) que se añade a la vida de la persona que ha sido siempre, pero ahora hay que aprender a convivir con esta nueva realidad.
Hemos visto cómo las alteraciones del lenguaje, pero también de razonamiento, de percepción de la realidad y, en conjunto, todos los síntomas que van apareciendo en el proceso de la enfermedad, dificultan la interacción y pueden plantear dudas sobre la forma óptima de tratar a una persona con Alzheimer.
Recomendamos ver esta conversación en la que Elena de Andrés, psicóloga y terapeuta de la Fundación Pasqual Maragall explica en detalle y da consejos prácticos para tratar a una persona con Alzheimer en el día a día, poniendo énfasis en los aspectos comunicativos.
Ante todas estas dificultades, la persona puede experimentar frustración, ansiedad, irritabilidad… y mostrarlo con su conducta, verbal o no verbal, y ser considerada como una persona de difícil manejo, cuando, a menudo, lo que en realidad es difícil de manejar es la situación. Para nadie es fácil sentir no ser comprendido. Por todo ello, el ejercicio de ponerse en el lugar de la otra persona y de esforzarse por ver la realidad desde su situación, desde su perspectiva, es una de las mejores estrategias para disipar dudas sobre cómo tratar a una persona con Alzheimer.
Publicado originalmente el 9 de noviembre de 2020, actualizado el 15 de noviembre de 2024.
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