¿Cómo se clasifican los distintos tipos de demencia?
A la hora de abordar el complejo mundo de las demencias, es habitual recurrir a distintas clasificaciones que ayudan a entender mejor sus múltiples manifestaciones. Sin embargo, es importante tener presente que los límites entre los diferentes tipos de demencia no siempre son nítidos: en muchos casos, los síntomas y las causas pueden solaparse, y la evolución clínica puede variar considerablemente de una persona a otra.
Aun así, estas clasificaciones resultan de gran utilidad tanto para la investigación como para la práctica clínica, ya que permiten organizar el conocimiento, facilitar el diagnóstico y orientar las intervenciones. En los siguientes apartados, explicaremos las principales formas de clasificar las demencias según diferentes criterios.
1. Clasificación etiológica y clínica
Esta clasificación se basa en la causa subyacente del deterioro cognitivo y distingue entre formas primarias y secundarias.
Demencias de origen primario
No tienen una causa claramente identificable y suelen deberse a procesos neurodegenerativos que afectan progresivamente al sistema nervioso central. En este grupo, se incluyen la enfermedad de Alzheimer —la forma más común—, la demencia frontotemporal y la demencia con cuerpos de Lewy. En general, este tipo de demencias son irreversibles, progresivas y no tienen un tratamiento curativo en la actualidad, aunque existen terapias que pueden aliviar síntomas o ralentizar su evolución.
Los síntomas suelen comenzar de forma leve, afectando la memoria, el lenguaje, el juicio o la conducta, y se intensifican con el tiempo. Estas demencias no tienen cura en la actualidad, aunque existen intervenciones farmacológicas y no farmacológicas que pueden mejorar la calidad de vida de las personas que las padecen.
Demencias de origen secundario
Derivan de enfermedades sistémicas, alteraciones neurológicas estructurales o factores externos que afectan al cerebro. A diferencia de las primarias, en muchos casos se puede identificar y tratar la causa subyacente. Algunas de ellas incluyen la demencia vascular —provocada por alteraciones en la circulación sanguínea en distintas áreas cerebrales—, la hidrocefalia normotensiva, deficiencias nutricionales (como la de vitamina B12), trastornos endocrinos (hipotiroidismo), toxicidad por fármacos, abuso de alcohol, traumatismos craneoencefálicos, o infecciones como la neurosífilis o el VIH.
En ciertos casos, si se detecta y trata la causa a tiempo, la progresión de la demencia puede estabilizarse o incluso revertirse, al menos parcialmente. Por este motivo, siempre que se presentan síntomas de deterioro cognitivo, debe considerarse la posibilidad de una demencia secundaria mediante una valoración médica completa. Por ejemplo, un hipotiroidismo no diagnosticado, una intoxicación por metales pesados o una encefalitis pueden generar síntomas compatibles con una demencia, pero su pronóstico cambia radicalmente si se actúa sobre la enfermedad de base.
Reversibles e irreversibles
Demencias reversibles
En aproximadamente un 20 % de los casos, los síntomas de la demencia pueden ser causa de afecciones médicas sobre las que se puede actuar. Por esta razón, es muy importante que se realice una valoración profesional individualizada.
Algunos ejemplos de estas situaciones son:
- traumatismos craneoencefálicos,
- tumores cerebrales,
- determinadas infecciones,
- consumo de drogas o determinados fármacos,
- abuso de alcohol,
- deficiencias hormonales o vitamínicas.
Normalmente, en estos casos, el abordaje de las causas que originan el cuadro de demencia tendrá un efecto sobre los síntomas que presenta la persona e incluso, una vez resuelto el problema de base, es posible volver a la normalidad cognitiva.
Demencias irreversibles
Aunque algunos trastornos que causan demencia pueden ser modificables, lamentablemente, la mayor parte de tipos de demencia no se pueden revertir. La causa más habitual de demencia es la enfermedad de Alzheimer, que representa entre el 60 y el 70 % de los casos de demencia.
No obstante, hay muchas otras causas conocidas. Las más comunes son las de tipo vascular y las provocadas por otras enfermedades neurológicas degenerativas, además del Alzheimer, como la demencia con cuerpos de Lewy o la enfermedad de Huntington.
2. Clasificación topográfica
Los tipos de demencia también se pueden clasificar atendiendo a las zonas cerebrales principalmente afectadas. En este caso, se tiene en cuenta si, a grandes rasgos, la afectación es de predominio cortical o subcortical.
Demencias corticales
En las demencias corticales, la alteración afecta principalmente el córtex cerebral, la capa más externa del cerebro, que desempeña un papel crucial en los procesos cognitivos de la memoria y el lenguaje.
Por eso, los pacientes con algún tipo de demencia cortical suelen mostrar alteraciones importantes de memoria y afectación del lenguaje, con dificultad o incapacidad para evocar palabras y/o para comprender el lenguaje común. La enfermedad de Alzheimer es un caso prototípico de demencia cortical.
Demencias subcorticales
En las demencias subcorticales la disfunción fundamental afecta partes del cerebro situadas por debajo del córtex. En estos casos, las manifestaciones iniciales más frecuentes son la disminución en la capacidad de atención y la lentitud del pensamiento, así como variaciones significativas en el estado de ánimo.
Normalmente, no se suelen observar pérdidas de memoria o de lenguaje entre los primeros síntomas. Algunos ejemplos de este grupo son las demencias que pueden derivarse de la enfermedad de Parkinson o la de Huntington.
Demencias mixtas
A menudo, la demencia puede considerarse corticosubcortical porque las dos grandes áreas cerebrales se ven afectadas, como suele ocurrir en muchas formas de demencia vascular. De hecho, las demencias mixtas son formas muy comunes, no solo en cuanto a la afectación de áreas, sino también en cuanto a sus causas. La presencia de un componente vascular está también definida de manera clara en la neuropatología de la enfermedad de Alzheimer.
3. Clasificación histopatológica y molecular
Esta clasificación se basa en los cambios microscópicos y moleculares que se observan en el cerebro de las personas con demencia, especialmente tras estudios post mortem. Aporta información clave sobre los mecanismos biológicos implicados en cada tipo de demencia y es fundamental para la investigación y el desarrollo de tratamientos específicos.
Sin cuerpos de inclusión
En algunos tipos de demencia se observa pérdida neuronal y atrofia cerebral sin presencia de depósitos intracelulares o extracelulares específicos. Esto puede deberse a procesos neurodegenerativos menos definidos o a formas aún no bien caracterizadas desde el punto de vista molecular.
Con cuerpos de inclusión
En muchos casos, sin embargo, se identifican acumulaciones anómalas de proteínas que alteran el funcionamiento de las neuronas. Estas inclusiones proteicas son características de determinadas enfermedades y permiten clasificarlas en subtipos:
- Cuerpos de Lewy. Inclusiones intracelulares compuestas por alfa-sinucleína. Son típicas de la demencia con cuerpos de Lewy y también pueden aparecer en la enfermedad de Parkinson con demencia.
- Taupatías. Agrupaciones anormales de proteína tau en el interior de las neuronas. Se observan en enfermedades como la demencia frontotemporal o la enfermedad de Pick.
- Amiloidosis. Depósitos extracelulares de placas beta-amiloide, característicos de la enfermedad de Alzheimer. Estos depósitos se asocian a la inflamación y a la pérdida progresiva de sinapsis y neuronas.
El estudio histopatológico permite entender mejor las diferencias entre las distintas causas de demencia y es clave para definir con precisión la causa de demencia en estudios post mortem o de investigación.
La importancia de ponerse en manos de un equipo profesional
En todo caso, conviene recordar —como hemos explicado antes— que algunos tipos de demencia son considerados potencialmente reversibles porque son consecuencia de trastornos que se pueden curar, al menos parcialmente.
Por eso, es importante no asumir que una persona que muestra síntomas de demencia sufre la enfermedad de Alzheimer u otra demencia incurable. Existen distintos tipos de demencia y, en algunos de ellos, es posible actuar sobre la causa que los origina. Ante la aparición de los síntomas de deterioro cognitivo, lo más adecuado es ponerse en manos de profesionales para que hagan una valoración y propongan las pruebas oportunas para orientar el diagnóstico.
Enlaces de interés
- National Institute of Aging. What Is Dementia? Symptoms, Types, and Diagnosis.
- Medline plus. Demencia.
- Mayo Clinic. Demencia.
Publicado originalmente el 25 de mayo de 2021, actualizado el 21 de mayo de 2025.