<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=183660822919076&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
Hablemos del Alzheimer
El blog de la Fundación Pasqual Maragall
crea-mobile
tipos de memoria

¿Cómo afecta el Alzheimer a los distintos tipos de memoria?


Cuando aparecen los primeros síntomas del Alzheimer, es habitual que quienes lo padecen no se acuerden de algunas cosas del día en curso o de días recientes, pero, en cambio, recuerden perfectamente cosas sucedidas hace muchos años. O tal vez recuerdan muy bien algunos conocimientos culturales, pero no cosas aparentemente sencillas.

¿Por qué sucede esto? ¿Hay diferentes tipos de memoria? Sí, los hay y, en este artículo, hablamos de cómo el Alzheimer afecta a los distintos tipos de memoria.

Una clasificación de los tipos de memoria

Para comprender cómo afecta la enfermedad de Alzheimer a los distintos tipos de memoria, hay que entender, justamente, que la memoria no es algo homogéneo. De manera errónea, se puede pensar que la memoria es solo una, como un bloque. En realidad, existen distintos tipos de memoria, dependientes o vinculados a diferentes áreas cerebrales y que manejan distintas clases de información o de datos. 

Conoce cuáles son los síntomas cognitivos del Alzheimer [GUÍA GRATUITA]

En realidad, la memoria, como todas las capacidades cognitivas, funciona en red y cualquier categorización es un intento de facilitar la comprensión de algo sumamente complejo. Una primera gran clasificación de tipos de memoria es la que distingue entre la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo:

  • Memoria a corto plazo: aquella capacidad que permite retener información por un periodo de tiempo muy corto, cuestión de, a lo sumo, minutos, por ejemplo, un número de teléfono que vamos a marcar o una dirección hasta que la anotamos en un papel.
    • Una forma específica de la memoria a corto plazo es la memoria de trabajo. Frecuentemente, operamos con esta información retenida a corto plazo. Es decir, manipulamos mentalmente la información o los datos para resolver, por ejemplo, un problema de cálculo en acciones cotidianas, como estimar cuánto nos va a costar lo que llevamos en el carro en el supermercado. 
  • Memoria a largo plazo: se puede dividir, principalmente, en dos grandes tipos:
    • Memoria no declarativa o implícita, que normalmente no es accesible de forma consciente. Una de sus formas es la memoria procedimental, que nos sirve para llevar a cabo acciones secuenciadas y automatizadas, como ir en bicicleta. También es implícita la memoria por condicionamiento, que relaciona estímulos y reacciones, como el malestar que sentimos al oler un alimento que un día nos produjo indisposición. 
    • Memoria declarativa o explícita es la que incluye la memoria semántica, que contiene, por ejemplo, los conocimientos adquiridos a lo largo de nuestra vida y el vocabulario, el significado de las palabras. La otra forma de memoria declarativa es la memoria episódica, que nos sirve para recordar los hechos que hemos vivido, tanto si son recientes como lejanos en el tiempo, pero también para recordar cosas que han de suceder o hemos de realizar en el futuro, como una visita médica, felicitar en unos días a alguien por su cumpleaños, acudir a una cita programada, etc. Esta forma específica de recuerdo de cosas en un tiempo venidero se llama memoria prospectiva.

Afectación del Alzheimer a los distintos tipos de memoria

Los síntomas del Alzheimer guardan relación con las áreas del cerebro afectadas por la enfermedad. En la mayoría de casos, las primeras alteraciones neuropatológicas de la enfermedad de Alzheimer afectan al hipocampo, una estructura que tiene un papel fundamental en la formación de nuevas memorias y en su codificación para que puedan mantenerse a largo plazo si es preciso.

La enfermedad de Alzheimer afecta de forma diferente a los distintos tipos de memoria dependiendo de la evolución y las fases de la enfermedad. Así, en los inicios, es frecuente que las personas afectadas tengan dificultades o no puedan recordar lo que han tomado para desayunar, pero pueden explicar con detalle anécdotas o vivencias de su juventud. Esto tiene que ver con el hecho de que el hipocampo y estructuras cercanas sea una de las primeras zonas en verse afectada.

Esta preservación de los recuerdos lejanos puede generar confusión y dificultar la aceptación del diagnóstico por parte de los familiares, que pueden tener dudas sobre si lo que ocurre se debe a un problema de memoria o simplemente de actitud.

La memoria episódica suele ser el primer tipo de memoria afectado por el Alzheimer

Según hemos visto, los primeros síntomas del Alzheimer están relacionados con la alteración de la memoria episódica (la que nos permite recordar los hechos vividos), particularmente la reciente. A medida que la enfermedad progresa, se van afectando también recuerdos más lejanos en el tiempo y van apareciendo nuevos síntomas relacionados con otras formas de memoria y otras capacidades cognitivas. 

Los recuerdos consolidados dependerán esencialmente de la función de otras áreas cerebrales y el hipocampo ya no será tan crucial para su recuperación. Por esta razón, en las primeras fases, una de las consecuencias del Alzheimer es que las personas afectadas no recuerdan cosas sucedidas recientemente, pero lo hacen con claridad cuando se trata de hechos pasados o cosas aprendidas tiempo atrás. 

De todos modos, la recuperación de recuerdos no opera de forma totalmente independiente del hipocampo. Con su progresión, el Alzheimer va afectando cada vez más al hipocampo y, debido también al deterioro de otras áreas del cerebro, la evocación de recuerdos antiguos también se verá afectada. 

Otra afectación que se hace evidente es el impacto en la antes mencionada memoria prospectiva, lo que resulta en fallos de asistencia a citas o de llevar a cabo otras cosas programadas o previstas. Para estas situaciones, en fases iniciales de la enfermedad, pueden resultar muy útiles diferentes estrategias externas para ayudar a la memoria

El impacto del Alzheimer en otros tipos de memoria

Veamos, a grandes rasgos, cómo otros tipos de memoria se pueden ver afectados por la enfermedad de Alzheimer, así como aquellas formas de memoria más resistentes a sus envites. 

  • Memoria de trabajo: a pesar de que la memoria episódica es la más obviamente impactada desde el inicio, no es la única. Es frecuente que, en estas fases iniciales, en paralelo o un poco después, también se vea afectada la memoria de trabajo. Dicha memoria, unida a cierto enlentecimiento en la velocidad de procesamiento de la información, resulta en una mayor dificultad o en precisar más tiempo para resolver problemas de cálculo mental, en tomar decisiones en situaciones cotidianas o en perder el hilo de una conversación. 
  • Memoria semántica: ciertos problemas de lenguaje que aparecen con la evolución de la enfermedad tienen que ver con la alteración de esta forma de memoria. Por ejemplo, la dificultad para recordar el nombre preciso de un objeto. También tiene relación con la afectación de la memoria semántica cuando la persona con Alzheimer experimenta dificultades crecientes en el recuerdo de conocimientos culturales o generales adquiridos a lo largo de su vida. 
  • Memoria no declarativa o implícita: en general, este tipo de memoria, que cuenta a su vez con distintas formas específicas, es bastante resistente a la evolución de la enfermedad de Alzheimer. Por eso, personas en una fase ya moderada de la enfermedad, en contraste con una grave afectación de otras formas de memoria, pueden ejecutar aún razonablemente bien (incluso muy bien) ciertas actividades en las que llegaron a ser diestros: tocar un instrumento, hacer labores de costura, ir en bicicleta, pelar patatas, etc. La afectación de la memoria procedimental puede verse reflejada en forma de apraxia, uno de los síntomas que aparecen con la evolución de la enfermedad.

Del mismo modo, sería atribuible a este tipo de memoria el impacto que ciertos estímulos pueden causar en el estado de ánimo, como el efecto que puede producir la percepción de determinado aroma o una canción cuando en algún momento vital se estableció un vínculo emocional significativo.

Relación entre memoria y orientación

La desorientación es otra consecuencia, entre otras cosas, de la pérdida de capacidades para retener informaciones nuevas o cambiantes. Esto puede hacer que la persona con Alzheimer se encuentre desorientada en el espacio o en el tiempo, ya que cada vez le resulta más difícil integrar la información necesaria para procesar los cambios de día o de lugar. A medida que la enfermedad avanza, la mayor gravedad de la alteración cognitiva se reflejará también en la desorientación en persona, es decir, acerca de datos relacionados con la propia autobiografía.

La extensa implicación de la memoria en nuestra vida

La memoria está implicada en prácticamente todos nuestros actos cotidianos. La mayoría de las funciones cognitivas están mediatizadas, de alguna forma, por la memoria. Desde la atención o las praxias hasta el lenguaje o las habilidades visoespaciales. La memoria es un constructo muy complejo y conocerla en detalle no es tarea fácil. Para quien quiera indagar y conocer más sobre ella es muy recomendable la lectura del libro Los secretos de la memoria, escrito desde el rigor científico, a la vez que en clave divulgativa, por el científico Héctor Ruiz Martín. 

Desafortunadamente, el Alzheimer afecta a los distintos tipos de memoria y la memoria es clave en el desempeño vital. 

DISTINTOS TIPOS DE MEMORIA (4)

 

Categorías: Alzheimer y demencia

26.09.2023

New call-to-action

Acerca del autor

En la Fundación Pasqual Maragall investigamos la detección y prevención de la enfermedad de Alzheimer, promocionamos un envejecimiento saludable y trabajamos para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y cuidadoras.

Más información →

Posts relacionados